¿Qué rayos sucede contigo?

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04 de mayo de 1999

Solo faltaban tres semanas para que terminara el último año en Hogwarts. Hace tan solo unos días, se había celebrado el aniversario conmemorativo de la guerra contra Voldemort. Un año había pasado aproximado desde que las realidades de muchas familias habían cambiado. En especial la de los Nott y los Weasley. Ginny había presenciado el acto conmemorativo en honor a su hermano Fred, a lo lejos pudo ver a parte de su familia estar presente. Si bien le dolía la situación, aún seguía molesta con su madre, y sobre todo con su hermano Ronald.

-Deberías acercarte- le había dicho Blaise, quien se encontraba a su lado. Hacia un mes más o menos que estaban juntos. No eran novios, pero eran más que amigos.

-No tiene sentido- dijo la pelirroja- cuando me fui de casa, prometí nunca más volver a hablar con ella- dijo mirando a su madre, que se limpiaba las lágrimas ¿Cómo podían haberle hecho eso a la familia de Hermione? Ahora su familia sabía lo que se sentía perder un hijo, lamentablemente para los Weasley, Fred nunca volvería.

Aquel día y como ya era de costumbre, Ginny había optado por sentarse en la mesa de las serpientes, al igual que Hermione y Atenea, quienes no pertenecían a aquella casa, y como era de esperar Harry, también aprovechaba de estar cerca de cierta pelinegra de ojos oliva. Las lechuzas entraron disparadas, una vez más muchas de ellas se posicionaron frente a los estudiantes.

Blaise había recibido una carta de su madre, quien le indicaba, que no estaría en casa para su regreso, había viajado de emergencia a Italia, y no sabía si alcanzaría a llegar a recibirlo a la estación. Le indicaba que había conversado con Emily, y que él debía quedarse en casa de los Nott.

-Como si no fuera lo suficientemente mayor- murmuró mientras doblaba la hoja- me quedaré en su casa, si mi madre aún no ha llegado de su viaje.

Hermione le sonrió abiertamente, desde que Blaise había comenzado la relación con Ginny, ella y su primo habían estrechado relaciones.

-Serás bienvenido en casa- dijo Theo- así nos ayudas a terminar los preparativos de la boda.

-Aixa se las puede sola- dijo el moreno- ha estado esperando este momento por muchos años- agregó con una risa el heredero de los Zabini.

-Idiota- murmuró la rubia, mientras rodaba los ojos.

Todos comenzaron a hablar, y Blaise solamente se fijó en la pelirroja que tenía al lado. Una vez más había llegado carta de Bill Wesley. Hacia una semana, Ginny le había mostrado la caja donde guardaba las cartas de su hermano, cerradas.

-¿Qué sucede?- le preguntó el muchacho.

-Estoy pensando en abrirla- dijo la Weasley, aun así, no movió ni un dedo para abrir el sobre. Blaise no dijo nada. Había insistió mucho en estos días en que al menos le respondiera a su hermano mayor, pero aun así la pelirroja no lo hacía. Blaise estaba preocupado, pues notaba como Ginny se ponía cuando no recibía las cartas. A pesar de no abrirlas. Si bien ello mantenía una relación que generalmente se basaba en lo pasional, él no podía negar que Ginny Weasley, no era un pasatiempo, y que realmente estaba interesado en ella.

-Dámela- dijo finalmente exasperado el muchacho. Y en cuanto la tomó, comprendió porque ella al fin había considerado abrirla. No la remitía Bill, sino Fleur Weasley. Su cuñada. - ¿Crees que son malas noticias?

-De lo contrario no veo razón para que Fleur me escribiera- dijo la pelirroja. Blaise asintió y abrió la carta- ¿Qué dice?

-No soy tan rápido, pelirroja- dijo el muchacho, mientras leía rápidamente luego de desdoblarla- creo que debes verlo por tus propios ojos.

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