El tiempo pasa, y las cosas suceden en su curso

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01 de septiembre de 1999

Sirius debía haber tomado el tren y haberse ido a Hogwarts a dar clases de DCAO, pero al aparecer realmente, ese puesto estaba completamente maldito. Por ABC motivo nunca había sido ocupado por más de un año por algún académico, y por más que la directora le haya pedido que volviera al colegio Sirius no podía.

No se veía capaz de pisar ese colegio y no recordar a Hermione. La extrañaba tanto. Aun no podía creer como había jodido la relación más perfecta que haya tenido en sus jodidas dos vidas. Había pensado más de una vez beber de aquella botella, aquella que su madre siempre había guardado en lo más secreto de esa mansión. La poción con la que Walburga Black se había quitado la vida después de saber que Regulus jamás volvería a su hogar.

Pero como siempre que lo intentaba, aparecía ella, la causante de sus más grandes problemas. Atenea Zabini. Aun no asimilaba que esa muchacha anduviese dando vueltas por la mansión. Y él bien sabía que Harry solo o aceptaba porque era amiga de su novia, y porque al fin y al cabo él no estaba en la mansión para topársela.

Sirius sabía que no debía estar cerca de la joven Zabini, mucho menos cuando el recuerdo de Bellatrix acudía a él. Volvió a guardar la botella con el veneno. Si había algo que él sabía que funcionaría seria aquello, eso terminaría con todos sus problemas, porque él también sabía que su madre había sido una experta pocionista, y esa, estaba más que bien hecha.

Sirius se encontraba frente al tapiz familiar. Arreglándolo, corrigiéndolo. Había añadido a todos aquellos quienes alguna vez habían sido tachados de allí. Le devolvió el lugar a su prima Andrómeda, y el tapiz con su propia magia, adjunto los nombres de Edward Tonks, de donde nació el nombre junto a la fecha de nacimiento y muerte de Nymphandora, junto a ella se unió el nombre de su antiguo amigo Remus, y de ambos salió el nombre del pequeño Teddy "Edward Remus Lupin Tonks" citaba aquello. Allí se encontraban todos los nombres, el de Emily, ligado a Theodore I Nott, donde se desprendían los nombres de Theo II y de Hermione- suspiró audiblemente- al menos sabía que ella estaba viva, pues salía su fecha de nacimiento, más no su fecha de muerte.

Vio también la rama que le correspondía a los Malfoy, la rama de Artemisa con su hijo Blaise, y vio como la rama de Eros Zabini se mezclaba con la de su hermana Elladora, y de ella salía el nombre de Atenea.

-Sirius- Atenea se encontraba de pie en la puerta de esa sala, el pelinegro la miró- es hora de que me marche- y ahí él se percató de que llevaba una maleta.

-Está bien- dijo el pelinegro avanzando hasta ella- ¿Te sientes bien?

-Si- dijo la muchacha- ya no quiero molestar más de la cuenta- sonrió apenas- sé que Harry no se encuentra cómodo con esta situación, lo mejor será que vuelva a mi casa- se giró y avanzó por los pasillos, Sirius le seguía por los talones.

- Sabes que, si necesitas algo, esta casa es tan tuya como mía- agregó el pelinegro, la muchacha asintió.

-Hasta pronto Sirius- dijo cerrando la puerta por fuera. Una vez más Sirius se quedó solo en esa gran mansión.

Decidió volver a ir a casa de los Nott, Emily debía decirle donde se encontraba Hermione. Ya habían pasado dos meses, y ni él, ni Harry, habían tenido noticias de la castaña. Y si Theo o Emily las han tenido, no le habían contado a nadie. Suspiro, y una vez más desapareció en rumbo a la mansión Nott. No importaba cuantas veces Emily le había amenazado, ni los insultos o puñetazos que Theodore le había dado.

Solo quería saber de ella.

Ж

15 de septiembre de 1999

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