La solicitud del ministro Kingsley Shacklebolt

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Septiembre de 2010

Los gemelos Malfoy aprendían sus primeros pasos con la ayuda de sus hermanos Stephen y Siomara. Cualquiera hubiese pensado que el nacimiento de los hijos del matrimonio Malfoy-Nott traería problemas entre los hijos existentes, pero una vez más, Draco y Hermione habían integrado a todos sus hijos, y así ninguno se sentiría desplazado.

Stephen y Siomara -de ya 10 y 9 años respectivamente-, amaban, la familia que sus padres habían construido. Y amaban al par de gemelos que tuvieron por hermanos. Scorpius era el niño de cabellos rubios y ojos grises, Serpens era el niño de cabellos rubios y ojos mieles, como los de su madre. Físicamente eran iguales a excepción de los ojos. Ambos ya tenían un año y medio aproximadamente.

-No se vayan a caer, niños- dijo Draco riendo de ver como Siomara ayudaba al pequeño Scorpius a caminar. Stephen por su parte había tomado a Serpens en brazos.

-Lo hemos hecho bien, ¿no? - dijo Hermione abrazando por la espalda a su esposo y mirando por el costado. Draco tomó las manos de su esposa y asintió.

-Por supuesto que sí, mi querida esposa- Draco sonrió cuando sintió que ella apretaba un poco más el agarre.

Las llamas de la chimenea de los Malfoy se prendieron, y por allí salió un hombre de cabello azabache y ojos verde esmeralda. Los años habían hecho bien en el auror de ya 30 años.

- ¡Padrino! - la emoción de Stephen de ver a Harry siempre era grande, algo que siempre hacia bufar a Draco. Harry tomó en brazos un momento al niño que había dejado a su hermano en uno de los sillones preparados para los bebés. Siomara también se acercó al niño que vivió, y rápidamente él también la alzó en cuanto dejó a Stephen en el suelo.

-También es un gusto verlos, pequeños Malfoy- dijo el azabache con una sonrisa.

-No nos avisaste que venias, Potter- dijo Draco con el ceño fruncido. Algo no iba bien, Harry estaba en su casa vistiendo de auror. Esa no era una visita de amigos. Harry asintió y se revolvió un poco bajo la atenta mirada de Hermione que había entrelazado sus dedos con los de su esposo.

- ¿Por qué no van a dejar a los gemelos a su cuarto? - dijo Hermione a sus hijos que asintieron- y procuren no romper nada en el camino- agregó con una sonrisa a su hijo. Los castaños se llevaron a los pequeños rubios- ¿Qué sucedió Harry? - dijo Hermione tras darle un rápido abrazo a su hermano.

-¿Nuestras madres están bien, no?- dijo Draco mirándolo con el ceño fruncido cada vez más.

-Si, Emily y Cissy están bien- dijo rápidamente el azabache- vengo por encargo expreso del ministro, Hermione- dijo mirando los ojos castaños de su amiga- Kingsley Shacklebolt les envía esto.

Rápidamente la castaña toma el sobre que Harry les traía. No debían ser buenas noticias sino Kingsley Shacklebolt hubiese ido en persona. Draco y ella se dispusieron a leer la pequeña carta del ministro.

Estimados señores Malfoy,

Por ordenes expresas del ministro Shacklebolt, solicitamos a ambos volver a más tardar en diciembre a tierras británicas. El Ministerio de Magia solicita de los servicios profesionales de la medimaga Hermione Malfoy con el fin de llevar a cabo la reforma en temas de salud mágica correspondientes a nuestro territorio, el ministro Shacklebolt considera que Hermione Malfoy es la profesional indicada para asesorar al ministerio en la materia.

Para reformar San Mungo, el ministro solicita expresamente el retorno de Draco Malfoy para asumir la dirección de San Mungo. El ministerio considera que 10 años fuera de su nación han sido más que suficientes, y confía plenamente en que será de gran ayuda a la comunidad británica dirigiendo el hospital.

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