Regreso

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20 de diciembre de 2010

La navidad era una época que a la familia Malfoy-Nott le gustaba mucho, en especial al hijo mayor del matrimonio. Aquel año sería diferente, tendrían que dejar su hogar y volver a la casa de su padre. Draco estaba nervioso, no podía mentirle ni siquiera a su esposa. Hermione por su parte estaba ansiosa, por decirlo menos; la preocupación por su futuro y el de Stephen estaban presentes cada día. Los menores, Stephen y Siomara estaban fascinado con al fin conocer la casa de su padre. Los más pequeños de la familia aun no podían manifestar nada, sólo observaban el mundo con sus pequeños ojos grises y castaños.

- ¿Tenemos restricción para pasar chocolates? - Siomara miraba con sus ojos azules a Hermione.

- ¿Por qué quieres tantos chocolates? - dijo la castaña viendo a su hija seguir buscando bombones.

-Ya sabes mamá Mione- dijo la niña- a Teddy y a Lucius podrían gustarles.

-Van a estar felices de solo verlos allí- dijo Draco con una sonrisa pequeña en sus labios.

-Eso lo dices para que no gastemos dinero- Stephen frunció el ceño- pon todos los chocolates que quieras Mara, papá los pagará- Hermione rio ante la cara de indignación de su esposo. Hermione acomodó a Serpens en el canguro que llevaba, y Draco solo acarició los cabellos rubios de Scorpius que también llevaba en un canguro. Los castaños desaparecieron por la chocolatería favorita de los niños Malfoy.

- ¿Desde cuándo los dejamos gastar tanto dinero? - dijo Draco a su esposa. Hermione rio.

-Desde que tu mamá, cambió la palabra casa, por mansión- dijo risueña la castaña- deja de quejarte, lo intentamos por diez años- se encogió de hombros- no íbamos a poder volver a Londres sin que se dieran cuenta de que somos ricos, realmente ricos- agregó la castaña con un suspiro.

-Bueno- se encogió de hombros Draco, mientras sentía como su esposa entrelazaba los dedos con los suyos- yo siempre he preferido una vida acomodada- Hermione rio negando con la cabeza- ya sabes, el exilio no me ha quitado el buen gusto.

-Estamos autoexiliados- dijo ella dejando un beso en el hombro del rubio- ya sabes, hace cinco años que pudiste volver a Londres.

-No me arrepiento de haber venido a Suiza- dijo con una sonrisa de suficiencia- ahora tengo una gran familia. Pero, sobre todo, te tengo a ti- Hermione acomodó su cabeza en el hombro de su esposo- ¿estás preparada para volver?

-No hay muchas opciones- dijo la castaña viendo como los niños elegían los bombones que llevarían de regalo. Realmente Siomara y Stephen se llevaban bien, con el tiempo se habían pasado de amigos a convertirse en hermanos- estaremos bien, Draco- dijo ella, sabiendo que el rubio también se encontraba preocupado. Habían tomado todos los respaldos legales, Stephen sin duda se quedaría con ellos, pero aun tenían que hacerle frente a Sirius Black- estaremos juntos, somos una familia- el rubio asintió clavando sus ojos en sus hijos mayores- Niños- llamó la atención Hermione- no compren tanto. Tanto chocolate les hará mal, además Pansy ha prohibido que Teddy coma tantos bombones- Siomara dejó una caja que estaba tomando en el mostrador, de atrás Stephen tomó la caja y la dejó en su propio canasto, encogiéndose de hombros ante la mirada de reproche de su mamá.

-Deberíamos pagar- dijo el rubio- Stevenson nos estará esperando en el ministerio.

-Por suerte dejamos nuestra casa con todas las cosas- dijo Hermione- sólo debimos enviar un par de pertenencias.

- ¿Qué más deberíamos llevar? - dijo Stephen llegando donde sus padres.

-Ya sabes, la abuela Cissy dijo que tenías una mansión-Siomara miró a su papá- además, si son tan ricos como dicen, ¿no podemos comprar las cosas allá?

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