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Cuando la muerte se avecina: El quinto Don (Parte 1).

15 de enero de 2000

Dicen que cuando una persona muere, otra nace en su reemplazo. Pero a veces la vida nos trae más de una dificultad.

Cuando Hermione entró en labor de parto anticipadamente el 15 de enero de 2000, no esperaba que, en Londres, Andrómeda Black daba su ultimo respiro frente a su nieto, que estaba a punto de cumplir los dos años. Fue en la fiesta de su cumpleaños, que la mayor de las hermanas Black sufrió un paro cardiaco, y falleció casi al instante.

Fue sorpresivo y doloroso a la vez, puesto que Andrómeda era prácticamente la única familia que Edward Remus Lupin Tonks tenía. Una serie de consecuencias trajo aquello. Narcisa tuvo que hacerse cargo de los preparativos del funeral, Harry y Ginny se hicieron cargo del pequeño Teddy, mientras que Sirius entró como en un estado de shock. Andrómeda era la única que en los últimos meses le recibía con agrado en su casa, y había sido la única con la que había podido conversar el tema de Hermione sin que le juzgara. Por eso ella siempre había sido su prima favorita.

Cuando Sirius fue aquel primero de enero a casa de los Nott, aún tenía la esperanza de que Hermione hubiese vuelto a casa. Había ido cada una de las academias de medimagia que recordaba haber mencionado a Hermione, pero en ninguna estaba, se había dado por vencido en el momento en que llegó a Estados Unidos, y el rector le había indicado que la señorita Nott había rechazado su ingreso.

-Sirius- dijo sorprendida Emily Nott.

-Emily- dijo él a modo de saludo, Sirius casi no era la mitad del joven apuesto que había sido hace unas semanas, realmente el dolor y la experiencia de la vida estaban haciéndose presente en él.

-Éste no es buen momento Sirius- dijo Emily, cansada una vez más.

- ¿Está aquí? - dijo esperanzado el ex prisionero de Azkaban.

-No Sirius, Hermione no va a volver- dijo la castaña.

-Por favor, Emily, dime donde está, tengo que hablar con ella, explicarle...

-Black- Theodore Nott se encontraba allí, mirándole con los ojos azules de su madre, pero de una manera gélida- lárgate de mi casa.

-Theo... por favor, dime donde está tu hermana, tenemos que hablar.

-No- dijo tajantemente el muchacho- Hermione se encuentra perfectamente bien alejada de todos nosotros- dijo el castaño masajeando el puente de su nariz de manare exasperada- no va a volver, lo único que quiere es que dejes de buscarla- agregó el muchacho- no lo lograrás, ni siquiera nosotros hemos podido localizarla.

-Theodore, de verdad, tengo que verla.

- ¡Lárgate de una buena vez Sirius, si no quieres que llame a los aurores!- Theo volvía a perder los estribos en su presencia. Emily ya no se encontraba allí.

-Vete Sirius- dijo Aixa, quien había llegado hace un rato y se mantenía fuera de la conversación- no le hace bien a Theo que estés aquí, y Hermione no volverá, fue explicita en sus últimas cartas.

Sirius salió derrotado de los terrenos de la mansión Nott, esa era la reacción que había recibido constantemente tanto de Emily como de Theodore. Narcisa por su parte, había tomado un poco de distancia del asunto, pero como no se encontraba en Londres continuamente, prefería no ir a molestarla c uando si estaba. Desapareció a la casa de su prima favorita, Andrómeda Tonks.

-Una vez más te echaron de la casa de Emily ¿no? - dijo la mujer, mientras le dejaba entrar a la sala de su casa.

-No lo entienden Andy- dijo Sirius- no entienden la desesperación que estoy sintiendo en estos últimos días.