Capitulo #: 26.

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.*Dilan*.

Bajo una inmensa oscuridad y un gran dolor en el cuello, me despierto lamentandome  mientras que dejo escapar un lamento.

Todo era confuso, pero al final una cegadora luz que penetraba en mis ojos, me sacó del limbo en el cual estaba.

Lo único que recuerdo es que hablaba por el teléfono con Evelin.

traté de advertirle que no fuera al lugar que le dije, pero antes de poder hacerlo, pude sentir un fuerte e insoportable golpe detrás de mi cuello, por el cuál perdí el sentido de todo y quedé inconsciente.

--Que ingenuo eres Dilan!.

Escuché una voz, pero estaba muy mareado para poder descifrar quien era en el momento, pero después de unos segundos supe que era Rick, el cual se mantenía dando círculos alrededor dónde estaba sentado, mientras podía sentir su respiración agitada.

--Te di una oportunidad de salvar a tu querida Tasha, pero casi hechas a perder el plan que tengo en mente.

Dijo muy enojado mientras se paró junto atrás de mi, al instante pude sentir como puso ambas manos sobre mis hombros, apretando con mucha fuerza, como si quisiera arrancarlos.

--Tasha!.

Dije en un pequeño susurro.

--Dónde esta?.

--DÓNDE ESTÁ ELLA!!!!.

Grité con muchas fuerzas al imaginar lo que le pudo hacer.

--Fuiste un tonto Dilan al querer ser un héroe con tu hermana.

Dijo mientras acercaba su rostro a uno de mis oído mientras podía sentir su respiración muy cerca.

--Pero te diré algo.

Continúo acercándose más.

--También los héroes cometen estupideces en los mundos de fantasía. Pero este no es uno de esos mundos, es el real, y tú no eres un héroe, eres un simple tonto que ha cometido el error más grande de su vida, poniendo en riesgo la vida de la persona que dice querer.

Dijo mientras sonreía alejándose de mi, mientras se ponía al frente mío.

Mi respiración comenzó agitarse al ver cómo limpiaba con una toalla blanca sus manos, a lo que parecía ser sangre.

--Tasha!.

Dije mientras mis ojos comenzaban a humedecer al pensar lo que tenía en mente.

Su mirada era como la de un sicópata que disfruta cada minuto con su víctima mientras la hace sufrir.

--QUE LE HAS HECHO A ELLA IMBÉCIL!!!.

Grité ante su asquerosa sonrisa.

Dejó de sonreír al escucharme mientras me dió la espalda para mirar lo que parecía un reloj.

--DIME QUE LE HAS HECHO!.

Grité nuevamente mientras trataba de soltarme desesperadamente.

My Dulce Maldad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora