Capitulo #: 29.

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--Dios!, No puede ser!!.

Dije tocando levemente mi cabeza mientras me bajaba del auto. Mi cabeza duele mucho y por causa de ese sueño, mis manos me tiemblan como si de alguna especie de artefacto vibrante se tratase.

--No puedo creer que me haya quedado dormida en su auto y hacerle pasar por este mal rato.

Dije, tratando de disculparme con el taxista.

Este me miraba como si yo fuera una especie de niña confundida, lo cuál me comenzó a intrigar al instante..

--Descuida!, he visto peores, así que no tienes que disculparte.

Pude notar una radiante sonrisa en su rostro, la cuál me hizo sonreír a mí también.

Suspiré lo más profundo que podía ya que aquél sueño, pude sentir que era más real que el aire que ahora respiro.

Pude escuchar como el sonido del motor del taxi se alejaba, mientras yo permanecía mirando fijamente hacia mi casa.

Es extraño, pero sentía alguna clase de presentimiento el cuál me impulsaba a salir de aquí y no dar un paso más, pero mis deseos eran más fuertes.

Suspiré una vez más, tratando de sacar cada pensamiento negativo de mi mente ya que estos días han sido muy extraños para mí.

Caminé despacio dando el primer paso en dirección a mi hogar.

Todo estaba en silencio. ningún ruido se escuchaba alrededor, lo cuál era muy extraño.

Un aire pesado podía sentir con cada paso que daba, mientras que mis sentidos estaban todos al cien por ciento.

--Que pasa?.

Dije al ver la casa totalmente ah oscuras.

normalmente debería estar ilumina por cada lugar, pero en este caso, todo estaba oscuro, lo cuál hacía que mi mente me traicionara con tantos pensamientos negativos.

<Corre Evelin!!>

Decía mi mente al ver el lugar.

Por alguna razón que no entendía, era la primera vez en la cuál sentía la sensación de no entrar en ésta casa.

Mi corazón latía a una velocidad muy rápida lo cuál me hizo detener mis pasos. Mi respiración está muy acelerada!, no puedo entender porqué.

<Que rayos pasa?.>

Dije al ver una de las ventanas de vidrios rotas.

Miré al instante hacia a todos lados, pero no veía a nadie, era cómo si todo el mundo se hubiera fugado de la faz de la tierra.

Mi respiración comenzó agitarse nuevamente.

Pero proseguí caminando, sin importar que mi mente me aconsejaba correr.

Al llegar a la puerta, pude notar como en el llavín de la misma, una mancha, de al parecer sangre se podía presenciar, mientras que al mismo tiempo la puerta permanecía abierta.

--No puede ser!!.

Dije al ver la sangre.

Al instante mis deseos de correr aumentaron inusualmente dentro de mi, algo que produjo mucho temor en mi, pero aún así, comencé a caminar hacia a dentro.

Lentamente abrí la puerta, sin hacer nada de ruido.

Todo estaba oscuro, no veía nada. Era como si las mismas tinieblas del abismos se manifestaran aquí.

--Dilan?.

Dije muy despacio mientras daba pequeños pasos.

--Mama?.

My Dulce Maldad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora