Capitulo #: 30.

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.Evelin★.

Sentía como todo mi cuerpo comenzaba a temblar al escuchar la persona que creía que era.

Esa voz!!

Dije en un pequeño susurro, ya que todas las extenciones de mi cuerpo temblaban. no se porqué!, se supone que no debería ser así para mí, no soy de aquellas personas cobardes, pero creo que mi cuerpo me afirma que si.

<Rick!!!!>.

Dije en voz baja mientras retrocedía hacia atrás sin saber hacia adónde iba ya que la oscuridad no me permitía ver nada en lo absoluto.

–Creo dentro de mi que es un poco incorrecto que estemos a oscuras, no lo crees?.

Dijo sonriendo mientras podía escuchar sus pasos lentamente acercándose cada vez más y más.

Con cada minuto que pasaba, mi cuerpo se estremecía cada vez más al escucharle.

Al decir sus palabras todas las luces volvieron en si, cómo si de alguna especie de mandato se tratara, haciendo que mis pasos al caminar hacia atrás fueran mucho más rápidos al ver su aceptado rostro, un rostro que soy incapaz de olvidar.

–Hola nena!!.

Dijo con una sonrisa dibujada en sus labios mientras se mantenía estático mirandome directo a los ojos, como si yo fuera un valioso tesoro, uno que no se consigue tan fácilmente, como si todo su mundo dependiera de mi con solo mirarme.

Una inquietante sonrisa se dibujó en su rostro. La misma que la última vez que estábamos en aquél hotel, mientras que en sus ojos rojos por causa del alcohol podía ver sus deseos de tenerme en sus brazos y hacerme suya con tal malas intenciones.

–No sabes la felicidad que me da verte preciosa!.

Dijo acercándose a mí, sin dejar de mirarme a los ojos.

Una chaqueta negra cubría su cuerpo mientras la misma permanecía abierta dejando al descubierto su pecho, teniendo dibujado una gran serpiente en el. Mientras que en su cinturón podía ver una gran arma negra.

Al instante no podía creer lo que veía.

la casa estaba totalmente destruida, era como si un animal feroz y hambriento hubiera entrado en la casa y hubiera destruido todo por tan solo encontrar comida.

Las hermosas ventanas estaban destruidas por completo, habían disparos en las paredes, las mesas y todos los espejos ya eran solo residuos.

Pero lo más inquietante de todo era un hombre el cual permanecía tirado en el suelo con su rostro manchado de sangre mientras un agujero en su cabeza hacia mucho énfasis.

Puse mis manos en mi boca ya que estube apunto de gritar sin control al ver el rostro de aquél hombre.

Era el mismo hombre que me disparaba en aquél camino, el mismo que intento matarme en aquél aterrador lugar.

–Dios!!.

Dije muy asustada.

–Es una pena que esto tuviera que pasar aquí!, No lo crees nena?.

My Dulce Maldad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora