Capitulo #: 32.

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.†Evans†.

Pero que rayos me pasa?, por qué estoy así de esta manera!!.

Dije mientras tomo algunos tragos de tequila y paso las manos por mi rostro sin dejar de pensar en lo que me pasa.

No es normal que sienta como dentro de mi va creciendo un gran sentimiento que no puedo ser capaz de controlar, uno que es igual a un mar enfurecido, incapaz de detener sus olas hasta que la tormenta pasa.

–Algo más?, Chico bonito!.

Dijo una elegante chica interrumpiendo mis pensamientos la cuál pone a mi lado una botella de tequila, mientras deja muy al descubierto sus grandes pechos.

Miré a mi alrededor y pude ver cómo varios hombres la miraban como perros en celos.

–Me dan asco!!.

Dije al mirarlos, frunciendo el seño.

Me encuentro en unos de los mejores bar de esta zona. Hay chicas y chicos por doquier mientras beben cómo si esta fuera su última noche.

Algunas de las chicas han tratado de seducirme con la intención de que pueda bailar con ellas.

Para ser sincero, no tengo mente para nada de eso.

después de darle ese tan embriagante beso a esa chica, mientras sentía su cuerpo tan pegado del mío y sus tan suaves roses de sus labios, después de eso no he podido pensar en nada más.

Ese beso fue más fuerte y embriagante que cualquier bebida.

–Estaré aquí toda la noche chico guapo!!.

Dijo la misma chica rozando una de sus manos con la mía, mientras dejaba a mi lado un pedazo de papel.

Lo tomé en mis manos y al mirarlo pude ver números anotados en el.

Al mirarla a los ojos nuevamente, pude ver cómo mordía sus labios y guiñaba uno de sus ojos para luego darme la espalda y marcharse.

Una sonrisa se formó en mis labios al mirarla.

De inmediato tomé la botella y le di un gran trago.

–Oye chica!!!.

Dije llamándola para que regresara mientras terminaba de darle el sorbo a la botella.

Al escuchar mi voz, detuvo sus pasos y miró hacia mi dirección.

Pude ver cómo una sonrisa muy atractiva se formaba en sus labios.

No podía negar que cualquier hombre se lanzaría a sus brazos sin pensarlo dos veces.

Sus cabellos eran tan negro como la noche, su piel blanca, muy peculiar, mientras que su cuerpo era como una pista de carreras y su escote muy pegado a su cuerpo hacía que a cualquier hombre se le cayera la boca.

–Si!.

Dijo con una voz muy sexi al acercarse a mi.

My Dulce Maldad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora