Jane me ha dado un mes de reposo, gracias al cielo los bebés están perfectamente bien. Maddox se recuperó de inmediato de la herida, el médico hizo 13 puntos que retiró una semana después. Recetó también un ungüento para evitar que deje cicatriz.
Vivir ese momento, donde el miedo se apoderó de mí, donde dejé de ser yo la que importa, porque por muchos años, la más importante en mi vida era yo, siempre yo, ahora verme huyendo de esos hombres, sentirme acorralada, solo podía pensar en mis hijos, en su bienestar. Eran ellos solamente, no yo. Comprendí que era el instinto de madre, el que me hizo actuar, por el bien de ellos, por quererlos sanos.
Yo daría mi vida por mis hijos, sin dudarlo ni un segundo.
Por supuesto que nuestros padres dieron el grito en el cielo, al saber de la situación, mi padre, Harry, Phoenix y Maddox se han unido para encontrar a los responsables. Nuestras madres, se han encargado de cuidarnos y darnos el apoyo. En 15 días nos hemos vuelto a sentir como niños pequeños, teniendo a nuestros padres y hermanos en nuestro hogar. Nos hemos unido aún más todavía.
A pesar de sentirme como una niña, me basta con agachar la mirada y darme cuenta que estoy esperando gemelos.
Maddox entra a la habitación, con la toalla enrrollada a su cadera, le ha dejado una tremenda cicatriz, pero eso lo hace verse incluso más masculino. Se pone su pijama y se toma una foto frente al espejo
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Lo observo, me sonríe y se sienta a mi lado dándome un beso.
-Mi madre me cuestionó como sigue la herida- me muestra su conversión. Le sonrío. -¿Sigues en la boutique de bebés?- pregunta viendo al iPad. No necesito responder, lo sabe al echar un vistazo. -Podemos ir el fin de semana, Rosie- me da un beso en la mejilla.
-Tengo reposo aún dos semanas, Mad, las compras por internet son lo único que puedo hacer estando aquí- le digo señalando la cama.
-Cielo, podemos resolverlo, sé que es exhaustivo para ti tener que dejar de hacer tus cosas, lo comprendo perfectamente y lamento no estar aquí para ti en todo momento-
-No lamentes nada, yo soy la que te pide dejarme aquí, lo que menos quiero es que tengas que dejar de hacer tus actividades-
-Estamos juntos en esto Rosie, son nuestros hijos- pone una mano en mi vientre. -Está decidido, me quedaré los 15 días restantes aquí contigo- me dice con esa sonrisa perfecta en su rostro. Le tomo las manos y acaricio su mejilla.
-Maddox... -intento apelar, pero él me detiene.
-No me digas nada Rose, yo no puedo ser uno de esos hombres que se van a trabajar y no les importa lo que pasa en casa. Resolví todos los pendientes de la compañía y lo demás lo haré desde aquí. Lo más importante para mí eres tú, y estas calabacitas- me da un beso en los labios. Cierro ojos y elevo mi cabeza al techo.
