-Te amo- susurra en mis labios, sus anhelados labios me besan a mí y me siento de pronto llena de vida.
-Yo te amo a ti, Maddox- lo miro a los ojos, consciente de mis palabras.
Porque por él pude haber esperado años y mi amor habría estado intacto, lo amo de verdad y esto no puede cambiar así como así.
-¿Qué me has hecho, rubia?- me cuestiona mirándome a los ojos, acaricio su rostro y dejo un dulce beso en sus labios.
-¿Tú qué me has hecho a mí?- sonríe y nos abrazamos, fundidos en este abrazo que nos une el corazón a los dos, lleno de magia y esperanza.
Y esa noche, mientras nos mirábamos con complicidad y yo entre sus brazos, entregada a él, expusé mi corazón y mis sentimientos para que él los conociera, para que se asegurara de que esta vez, no dejaré que nadie nos aparte.
Entre mimos y besos, me quedé dormida con una sonrisa enorme en el rostro al saber que él estaba en mi casa, en mi cama, con sus maletas en el living, que él volvió y está aquí para amarme.
Dos semanas después, y entre tanto ajetreo de ser yo la dama de honor y Maddox el padrino del novio, nos vimos pocas veces en estos 15 días, sin embargo, durante las noches nos llamábamos y nos decíamos lo mucho que nos amamos.
No me había sentido tan bien como ahora y pronto me lleno de ilusión al verme llegar al lado de Maddox esta noche, porque no se lo hemos comunicado a muchos a excepción de Elise, Helena y Dakota.
Las chicas en mi casa se preparan para la venida de las maquillistas, la organizadora de este compromiso sube a mi habitación cinco copas de champán y Alice bebe la suya lentamente, pues su médico le ha dado permiso de solo una para evitar los antojos.
Dos horas después las veo vueltas locas por el vestidor, Gia toma su vestido y lo deja sobre la cama y se lo pone de inmediato, es la primera en terminar su maquillaje.
Patrick le informa que ha llegado junto a su pequeña y es la primera en irse.
James llega por Helena y esta entra en el vestido pidiéndome ayudarla con el zipper.
Idris espera por Alice en el living y ella sin apresurarse le pide a su maquillista que arregle su cabello con paciencia. 20 minutos después está lista.
Maddox me mensajea diciéndome que está afuera y que ha visto a Alice irse. Sonrío, tomo mi celular y mi bolso.
-¿Nos vamos?- le cuestiono, ella asiente y me toma la mano. La ayudo a bajar y al abrir la puerta, Maddox nos mira a ambas.
-No sé a quien mirar, luces hermosa Dakota, eres... una mujer increíble, te amo- le dice y esta se abraza de él y besa su mejilla. -Sabes que te deseo toda la felicidad-
Ella asiente.
Nos guía a las dos a su Rolls-Royce y ayuda a Dakota a subir en la parte trasera.
-Y tú, me robas el aliento, preciosa- susurra en mis labios, pero no me besa. Abre la puerta del copiloto para dejarme entrar y así lo hago.
En la iglesia todos están dentro, a excepción de su madre que es quien la entregará. Y Maddox y yo con nuestras responsabilidades otorgadas por los novios, caminamos entrelazados de la mano hasta el altar, él del lado del novio, yo de la novia.
Gia, mis padres y Alice me miran boquiabiertos y les guiño un ojo. Ya habrá tiempo de decirles lo que acaban de ver.
Phoenix mira desesperado a la entrada y entonces, vemos entrar a las dos mujeres y mi hermano sonríe enormemente al verla. Maddox lo mira y sonríe de medio lado, la sonrisa de mi hermano lo ha convencido de su amor por ella.
Esperamos por ellos hasta que el sacerdote bendice a la pareja. Y la ceremonia es hermosa, ella es totalmente dulce con sus votos, tanto que veo a mi hermano soltar una lágrima y Maddox sonríe burlón, cosa que me hace rodar los ojos divertida, le quito la vista de encima para seguir escuchando.
Es turno de los votos de mi hermano, es dulce como ella lo fue, prometiéndole a Dakota amarla y respetarla hasta que la muerte los separe y me siento observada, miro al otro lado para encontrarme con los ojos de Maddox. Me sonríe, soy yo a la que mira y entonces me sonrojo, pero no bajo la mirada.
