34-. Rest of my life.

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Debo remediar tremenda pendejada. Era cierto yo no deseo ser su novio, pero tampoco deseaba pedírselo el día de su cumpleaños.
Sé que hice mal por negarme, pero espero arreglar lo que hice.
Helena me llamó el día siguiente dándome el regaño de mi vida, dispuesta a cortarme los testículos y por supuesto, Rose no me buscó.
Su padre, llega a mi hogar tres días después y me dice que Rose ha llegado a su casa para pasar varios días ahí, le pido que antes de decirme algo, me deje darle una explicación.

-Sabes lo que tengo planeado Parker, ella me pidió ser su novio, debía negarme y con su genio que heredó de ti me echó de su casa sin dejarme hablar-

-Mal entendidos nada más- sonríe burlón.

-Exacto, Parker- le digo y me callo un segundo. -¿Podrían llevarla esta noche a Whispering Gallery St. Pauls?- él me mira extrañado. -No puedo ir yo a recogerla, me echaría de ahí apenas me viera- Parker ríe y asiente.

-Rose estará ahí a la hora que decidas-

-A las 9:00p.m. estaré esperarando por ella adentro-

Parker asiente y sale de mi casa. Mi madre baja del gimnasio y se sienta en el sofa a mi lado.

-¿Lograste hacer algo?-

-Sus padres la llevarán a Whispering Gallery-

-me alegra mucho-

-No puedo ni quiero perder más tiempo-

-No sabes la emoción que siento al saber que mis hijos estarán casados-

-Madre, tengo que decirte algo- le digo tomando su mano y ambos nos sentamos.

-Bien, dime, hijo-

-Me reuniré con mi padre, esta vez seré yo quien le diga que va a casarse-

-Hijo- mi madre me mira, sabe que es mala idea, pero aun así, sonríe de medio lado. -Tú no necesitas darle explicaciones, no quiero que dañe este día tan importante para ti-

-No es que le deba explicaciones, solo quiero hacérselo saber-

-Se hará lo que tú decidas-

-Gracias por entender- beso sus nudillos. -¿Él ya no te ha molestado?-

-No, no desde el día en que Harry lo enfrentó- me dice y yo solo asiento, a lo que tuvieron que llegar ambos por la mente retorcida de mi padre.
Verlo desde luego me revuelve el estómago y siento que esto me provocará un dolor de cabeza innecesario, aún así, tengo que verlo para hacerle saber que tanto Dakota como yo, dejamos de ser niños, que ahora él no puede decidir por nosotros como una vez lo hizo y así, me librará del peso que cargo encima por su culpa y su falta.

Me reúno con él a las 6:00p.m. contando con el tiempo suficiente para hablar con él y llegar a tiempo a la catedral.
Salgo de casa en el Lamborghini, pues es el más rápido y me ayuda a evitar el tráfico de esta hora.
Llego al restaurante acordado y espero por él 20 minutos.
He pedido un café espresso y reviso mi celular viendo la última conexión de Rose, que ha sido hace 10 minutos.
En un mensaje le informo a mi madre donde me encuentro y ella como siempre me manda su amor.

Su presencia me hace olvidar del mensaje y levanto la vista para encontrarme con los ojos de mi padre, sus ojos marrón que me recuerdan a la jodida heterocromia que padezco por su culpa, que me recuerda todos los días que soy su sangre, ese café de sus ojos que recorre el mío.
Me levanto para saludarlo, y después de un apretón, sin decir nada más, nos sentamos. Lo veo con ese pesar en sus ojos, su rostro cansado, todo en él se ve demacrado y me provoca lástima, un hombre que se sentía imponente e invencible, hoy solo se muestra frágil y cansado.

H.e.r.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora