DESDE PEQUEÑOS│𝑐𝑎𝑟𝑙 𝑔𝑟𝑖𝑚𝑒𝑠

3. TS-19

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—Está mal.— dice, posando sus ojos azules sobre unos de los ejercicios en la tardea de su amigo. Nuevamente, estaban en las habitaciones, ambos pequeños se ocupaban de completar sus tareas diarias. Claro que si fuese por Verónica, la escuela hubiese quedado en el completo olvido ya hace meses, pero su madre nunca le permitiría eso.

 Ella no tenía ni la menor idea de que Carl ya había acabado con sus deberes antes de que llegaran al centro de control de enfermedades, pero el pequeño opto por acompañar a su nueva amiga y fingir como si igualmente estuviese atrasado en las tareas. La pasaba muy bien con ella.

—No, lo tuyo.— se defiende.

—Claro que no. Tienes que sumar estos dos, luego multiplicar.— Indica, señalando tales números. Carl la mira fijamente, evitando reír. 

—Es al revés.— Dice entre risas. Verónica frunce el ceño y mira su hoja. 

—Odio matemáticas.— Se apresura a borrar, queriendo que Grimes deje de reírse.— Nunca me fue bien en la escuela.— Confiesa. 

—A mi tampoco.— Habla con una sonrisa.— Por eso debemos seguir repasando.

—Aburrido.— Dice en un tono alargado y burlón, blanqueando sus ojos, cosa que logra hacer reír al de ojos celestes.

Elevan su vista hacia Lori al oírla quejarse en susurros, ella acerca su mano al aire acondicionado.

—¿Mamá, pasa algo? 

—Nada, es solo que el aire acondicionado se detuvo.— Como si fuese apropósito, las luces en la habitación se apagan, haciendo que los pequeños se levanten de su lugar.

—¿Qué sucedió?— Pregunta Carol, adentrándose a la sala, Sophia a su lado.

—No lo sé. Creo que se cortó en todo el lugar.— Camina hacía la puerta, buscando alguna respuesta. Los demás la siguen.

Ni bien se asoman por la entrada de su cuarto se topan con Jenner, él está atravesando el pasillo con una expresión seria.

—¿Por qué se apago el aire?— Preguntan.

—¿Y las luces en nuestra habitación?— Edwin ignora las preguntas y sigue su camino.

—¿Qué está pasando? ¿Por qué se apagó todo?— Se asoma por la puerta de su cuarto, sosteniendo una botella de alcohol en su mano. Ni bien Jenner pasa por su lado, le arrebata la bebida.

—El uso de energía se está priorizando.— Comenta, abriendo la botella ahora en sus manos.

—¿El aire no es una prioridad? ¿Y las luces?

—No depende de mí.— Las luces en el pasillo se apagan, causando que el grupo se inquiete aún más.— La zona cinco se está apagando a sí misma.

—¡Oye! Oye, ¿Qué diablos significa eso?. Oye viejo, te estoy hablando. ¿Qué quieres decir con que se está apagando a sí misma? ¿Cómo puede un edificio hacer algo?

—Te sorprendería.

—¿Rick?— Llama al hombre acercándose a la barandilla del pequeño pasillo.

Bajan las escaleras detrás de Edwin, quien camina en completo silencio pero con prisa por ir a cierto lugar. Algo andaba mal. Y no saber la gravedad del problema enfurecía de a poco al grupo.

—¿Qué está pasando Jenner?

—El sistema está desactivando los consumos de energía prescindibles.— Cada vez que Ewin abre la boca para explicar algo, Verónica se llena de confusión, sus palabras parecían provenir de otro mundo.— Se diseñó para mantener las computadoras trabajando hasta el último segundo. Empezó en cuanto nos aproximamos a la marca de media hora. Justo a tiempo.— Señala el reloj, el cual marcaba 31:27.— Fueron los franceses.— murmura, deteniéndose.