21. El rey suicida

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—Tanto silencio.— dice Carol a mi lado, negando. Ambas estamos vigilando en las afueras de la prisión. El cálido sol está sobre nosotras, no puedo expresar lo reconfortante que es sentirlo en mi piel luego de días estando encerrada. Asiento ante su repentino comentario, caminando de un lado ara el otro, con las manos entre los dedos.— Es fácil olvidar cuanto ruido había en el mundo. Solía quejarme de ello todo el tiempo —confiesa ella, creando una sonrisa en sus labios a la par que hablaba—. Transito, construcciones, alarmas de auto. Contaminación sonora.— hace gestos de inquietud algo exagerados, sacándome una pequeña sonrisa.— Que no daría por el dulce sonido de un avión en el cielo.

—Creo que sería aún mejor si todos estuviéramos en el.— digo manteniendo una sonrisa al imaginar tal situación. Bajo mi vista hacia mi arma en manos, y sin poder evitarlo, mi sonrisa desaparece.

—¿Sabes?, nunca tuve la oportunidad de hablar contigo sobre tu madre... ella era una muy buena mujer, y estoy segura de que estaba orgullosa de ti. 

—¿Por que?, ¿por ser mala con ella?

—No, no pienses en eso.

—Solo pienso en eso— mi deprimida expresión cambia al escuchar un vehículo acercarse— Por favor que sean ellos.— sonrío apenas al ver el auto en el que se fueron llegando, al instante corro hacia la puerta para abrirla. Carol me ayuda a deslizar la reja, y me apresuro a abrir la otra entrada, para que pasen al patio de la prisión.

—Tu llevalos, te veré ahí.— Asiento. Rick baja del auto, sonrío al ver a Carl corriendo en su dirección. Ambos se abrazan afectuosamente ni bien se ven. 

—¡Hola chicos!— digo con gran emoción. Aunque mi ceño se frunce y mi mirada se desilusiona al no ver a Dixon dentro del vehículo.—¿Dónde está Daryl?—  le pregunto a Grimes, intentando no pensar en algo negativo. Él se acerca a mi lentamente y se arrodilla, quedando a mi altura.

—Está bien.— coloca una mano en mi hombro— Está vivo. Nos encontramos con su hermano.— ¿Merle?, hace meses que lo tomo por muerto.— Se fueron.

—¿Él se fue?— asiente—. ¿Daryl se fue?— mis facciones se mantienen exactamente igual, no logro procesarlo. Me estaba acostumbrando a él, a su forma de ser tan particular y sus malditos gruñidos, pero ahora entiendo que no le importaba— ¿Nos dejo?— pregunto con un nudo en la garganta. Rick no responde, solo me mira fijo. Hago un movimiento con el hombro, quitando con cuidado su mano de allí. Me alejo, tomando boconadas de aire.— ¿Se fue?— repito.

—¿Y Oscar?— le pregunta Carl. Rick niega, resumiéndonos los que sucedió. 

Paramos a unos metros de las rejas, esperando a que Carl las cierre. Rick me abraza al verme llorar.


—Y, ¿ahora qué?,  ¿Creen que el gobernador atacara?

—Sí.— la voz de Maggie hace algo de eco en el pabellón. Sonrío de lado y me acerco a ella. Al estar lo suficientemente cerca, tomo su mano. Ella acepta mi tacto con una sonrisa dulce. La había extrañado horrores, al igual que Glenn.

—Deja que lo intente.— dice este último, su mirada está algo perdida. Su rostro bastante golpeado, todo gracias al imbécil de Merle Dixon y ese tal gobernador.

—Tiene a todo un pueblo, nos superan en número y en armamento.

—Nos vendrían bien refuerzos— Musita Hershel, siendo el último en hablar ya que el silencio se apodero del lugar, causando que intercambiemos algunas miradas. Yo lo hacia principalmente ya que entendí el punto del hombre.

Al instante nos acercamos a la puerta. Los desconocidos se levantan de sus lugares al oír el chirrido de la entrada, y nuestras miradas chocan. Camino con lentitud a un lado de Axel, observando fijamente al grupo.

—Soy Tyreese— estira su mano frente a Rick. Él desvía la mirada, negando el contacto.

—Sasha, Allen y Ben— comenta Hershel, señalando a cada uno por su nombre. Me aseguro de repetir los nombres en mi cabeza para no volverlos a olvidar.

—¿Cómo entraron?— pregunta Rick.

—Daños por fuego en la parte administrativa de la prisión, la pared cayó.

—Ese lado está repleto de caminantes, ¿Cómo llegaron hasta aquí?

—No lo hicimos, perdimos a nuestra amiga.

—Estaban en los gimnasios— comenta Carl, dedicándome una mirada previamente.

—¿Tú los trajiste?— Grimes voltea, clavando la mirada en su hijo.

—Ambos— agrego, ahora la mirada de Rick esta sobre mí.

—No tuvieron opción.

—Lamento lo de su amiga. Sabemos lo que es— dice Rick, bajando escasamente su tono.

—Hershel dijo que les vendría bien la ayuda. Estamos acostumbrados al trabajo duro. Saldremos a buscar nuestra propia comida, no los molestaremos. Si tienen problemas con otro grupo haremos lo que sea para ayudar.

—No.— contesta Rick luego de unos segundos, bajando su vista.

—Por favor—musita Sasha—. Moriremos de a poco allá afuera, solo queremos ayuda.

—No.— repite, pareciendo crear escenas de cosas negativas en su cabeza. Giro hacia Hershel, con el entrecejo fruncido. Él me mira igual.

—Debimos discutirlo — corta el contacto conmigo—. No podemos—

—Ya lo hemos hablado —interrumpe Rick—. Con Thomas, Andrew, y mira lo que pasó.

—Axel y Oscar no eran—

—¿Y donde está Oscar ahora?— la interrumpe a Carol, subiendo su tono—. No puedo ser el responsable— vuelve al grupo.

—Si nos hechas, serás responsable.

—Rick —lo llama Hershel. Grimes camina hacia él al instante—. Hiciste mucho por nosotros, y te lo agradezco, todos lo hacemos —escucho atentamente sus palabras, al igual que el resto—. Te debemos la vida. Hicimos todo lo que pediste, sin cuestionarte. Y te digo, que te equivocas con esto. Tienes que empezar a darle una oportunidad a la gente —termina. Miro a Rick confiada, parece estar convencido con las palabras del hombre. Él nos mira a nosotros, sobre todo a Carl. 

—Sí.— susurra, dándole un leve golpe en el hombro a Hershel. Su mirada cambia al elevar la vista, pasa de ser honesta y convencida a una amenazada. Su mano se acerca temblorosamente a su rostro, dejando sus dedos sobre sus ojos.—¿Qué haces aquí?— pregunta, alejándose de Hershel— ¿Qué quieres de mí?— su vista queda clavada en las barandillas del piso superior.

—¿Papá?

—¿Por qué estas— se interrumpe a si mismo, bajando la mirada con algunos movimientos bruscos. Todos lo miramos fijamente, completamente confundidos— No puedo ayudarte, ¡fuera!— voltea, me acerco un poco a él preguntándole si se encuentra bien. 

Nuestras voces son lo único que se escucha por milésimas de segundos, preguntándole a Grimes que rayos le sucede.

—Rick calmate, no hace falta— le dice Maggie, en un tono tranquilo.

—¡No pertenecen aquí, fuera!— Vuelve a gritar, asustándonos. Tomo levemente el brazo de Carl, él mira a su padre como si no lo conociera, sin saber que hacer— ¡Por favor, por favor!, fuera— baja levemente su tono, levantando su arma hacia las barandillas.

—Está bien, lo sentimos. No estamos yendo— Tyreese trata de tranquilizarlo, mientras su grupo toma sus cosas con prisa—. No le dispares a nadie, nos estamos yendo.

—¡¿Qué haces aquí?!— Continua gritando, alterándonos.

—Ya nos vamos, ¿si? Vamos, vamos— corren hacia la puerta, retirándose del comedor.




DESDE PEQUEÑOS│𝑐𝑎𝑟𝑙 𝑔𝑟𝑖𝑚𝑒𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora