17. Asesino interno

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—Muy bien.— apoya las muletas sobre el borde de la litera, dejándolas a la disposición de Hershel. Él trata de reincorporarse por su cuenta.

A la mañana siguiente de que llegáramos a la prisión, una parte del grupo fue a revisar el resto del lugar, más que nada para asegurarse de que estemos fuera de peligro. Volvieron poco después, corriendo y gritando, entre todos cargaban a Hershel, él sangraba imparablemente. Había sido mordido en la pierna, Rick nos explicó rápidamente que le cortó aquella zona para que el resto del cuerpo no se infectara. Fue lo único que le vino a la cabeza en la desesperación del horrible momento.
 Hace tiempo que no perdemos a alguien del grupo, al verlo inconsciente y tan débil, creí que él sería el primero en meses. Pero no fue así, estuvo en cama reposando, luchando por su vida.

Ayer por la tarde Carl y yo nos escabullimos en busca de la enfermería, y hallamos bastantes cosas que sirvieron perfectamente para Hershel. Puede que casi no intercambiamos palabra alguna, que haya habido silencio, pero fue un silencio cómodo.

—Tómate tu tiempo.

—Papá, no te sobre exijas.— le pide la rubia, acercándose a su padre luego de que haga un movimiento algo brusco para levantarse.

—¿Qué otra cosa voy a hacer?— se empuja levemente y toma las muletas— No soporto quedarme acostado mirando esa litera.— Beth y Lori toman levemente sus brazos, ayudándolo a caminar.— ¿Saben?, estoy bastante fuerte. 

—Es un buen comienzo, ¿quieres descansar?

—¿Descansar?— dice incrédulo, volteando hacía ella— Vayamos a dar un paseo.— Sonrío oírlo, viéndolo avanzar delante de nosotros, realmente es un hombre fuerte. 


Salimos del edificio. Me encargo de tomar la delantera y quitar del suelo papeles o cosas insignificantes que podrían llegar a estorbarlo. El día es perfecto, está algo nublado pero aún así la luz del sol pasa por entre las grises nubes.

—Te sostengo si necesitas.

—Tómate tu tiempo con estos escalones.— Rápidamente tomo su brazo al creer que va a caer, pero solamente fue una pequeña falta de equilibrio. Me da una rápida mirada, avergonzado de su movimiento. 

—¿Sacaron todos esos cuerpos?— Pregunta Hershel mirando a su alrededor. Mi vista recorre el patio, hace tan solo horas estaba lleno de cadáveres, y aunque ya estaba acostumbrada a ese tipo de ambientes, era algo inquietante.— Empieza a parecerse como un sitio en el que podemos vivir.— asiento con una ligera sonrisa en mis labios. Tiene razón, tal vez podamos estar aquí más de lo que pensamos. Nos encargaríamos de los muertos, protegiéndonos entre nosotros y a este lugar. No suena mal. 

—Cuidado por donde caminas, no queremos que te caigas.

—¡Muy bien Hershel!— Se escucha cerca. Levanto la vista buscando a la otra parte de mi grupo. Logro ver a Daryl y a Glenn en las rejas, entrando leña. Sin duda Glenn fue quien grito, desde aquí puedo ver como Dixon lo regaña por hacer ruido. 

—Lo haces muy bien papá.

—¿Listo para correr, Hershel?— pregunta Carl, sonriéndole.

—Dame un día más y te ganare.— lo mira, seguro de sus palabras— Lo difícil será vencer a Verónica, así que tú dame un tiempo más.— Río al oírlo.

—Ni con un mes de preparación me ganaras.— le comento desafiante.

—Ya veremos.

Detenemos nuestros pasos en medio del patio. Nuestros rostros expresan orgullo ante lo que aparentaba ser un nuevo comienzo.

DESDE PEQUEÑOS│𝑐𝑎𝑟𝑙 𝑔𝑟𝑖𝑚𝑒𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora