Jimin puso un mechón rebelde tras su oreja y vio su reflejo en el agua con una sonrisa, el atuendo tradicional le quedaba bastante bien a pesar de ser de Taehyung, pero temía moverse demasiado porque seguramente lo ensuciaria.Le gustaba verse vestido así, de alguna manera Taehyung ayudaba a que ignorará su realidad por un tiempo limitado, pero estaba bien con eso. Ya no le importaban los comentarios de los otros sirvientes o los de la guardia, ellos insistían que pagaba a Taehyung con su cuerpo por tales atribuciones pero eso no era más que una mentira.
—Buen día, majestad. — Se burló el castaño, con su largo cabello atado en una cola alta parecida a la suya con la diferencia que su cabello pelinegro siempre buscaba la manera de escapar de las ataduras.
—Príncipe, por favor.
Taehyung lo tomó del brazo y lo hizo caminar a su lado.
—Cuando tenga edad para escoger concubina, no dudaré en elegirte.— Taehyung soltó tales palabras con la tranquilidad del mundo y Jimin detuvo su caminar de inmediato.
—No soy una mujer, mucho menos de la realeza, sólo soy un sirviente, Príncipe.— El pelinegro bajo el rostro.—No debería pensar en mi de esa manera.
—Eres mi destino.
Los dedos de Taehyung se aferraron a la barbilla del menor con gentileza y lo hizo alzar la mirada, sus ojos se encontraron y Jimin por primera vez vio que su mejor amigo lo miraba como si lo quisiera devorar en ese mismo instante, la lujuria en su mirar era demasiado intensa que se sonrojo.
—En un futuro reinaras a mi lado, donde es tu lugar.
Jimin no creía que su lugar estuviese a lado del Rey, sería demasiado el honor pero decidió callar porque conocía a Taehyung y era demasiado necio.
El Príncipe salió esa tarde porque debía atender unos asuntos que le dejó el Rey antes de marcharse al reino vecino para re-negociar los tratados ahora que un nuevo Rey se había dado a conocer a lo largo del país, él se había adueñado de las tierras entre los reinos y debían encontrar nuevas rutas sino querian estar en la mira del hombre. Jimin no conocía su historia con exactitud pero su padre le había dicho que él vivió en el Norte cuando era joven y el Rey de ese entonces era un sádico total, tanto que a uno de sus hijos mayores lo había encerrado con un lobo cuando tenía trece años y el niño se ganó una gran cicatriz en el ojo, fue un milagro que no lo hubiese perdido.
Jimin se acercó a los demás sirvientes cuando los vio salir del palacio con una carta en sus manos.
—¿Dónde está el Príncipe?— La voz de Dahyun se escuchó preocupada.
—Salió con la guardia, debía ir al centro de la ciudad.— Respondió y vio a Dahyun tragar en seco, ella le dio la carta con un sello real segundos después.
Era del reino del norte y la sangre en todo su cuerpo se heló.
—Una lechuza la trajo hace poco. Eres el consentido de la corona y sabes leer, puedes abrirla tú.
Jimin negó de inmediato, él no era consentido de nadie. Si era cierto que Taehyung se había encaprichado con los atuendos y él lo había aceptado, pero fuera de la tela fina y los demás accesorios, el fregaba los pisos, ayudaba en la cocina y se partía la espalda en los establos, el pan que se llevaba a la boca no era gratis y mucho menos mal habido.
Ambos escucharon caballos a lo lejos y Jimin pudo respirar con tranquilidad, estaba seguro de que era Taehyung y tomó la carta fuerte en sus manos, no creía que aquel pedazo de papel trajera buenas noticias.
Tiempo después las puertas del palacio se abrieron, no vieron llegar a sus caballos sino a unas bestias enormes de grandes patas peludas y piernas lo doble de fuertes que sus animales, del caballo negro de crin trenzada se bajo un hombre de cabello rubio, tan rubio que podía brillar atado en un moño alto, de prendas obscuras adornadas con bordes dorados y Jimin dejó de prestarle atención en ese momento, Dahyun lo tomó de la mano y lo hizo entrar al palacio de inmediato, vieron a la guardia salir y después escucharon voces.
Los sirvientes no podían estar cerca de los recién llegados a menos de que se les ordenará, así que Jimin comenzó a deshacer el nudo del atuendo tras su espalda pero Dahyun lo detuvo.
—No, no te lo quites. Taehyung va a molestarse.
—Pero me necesitarán para llevar la comida y lavar los utensilios.— Jimin siguió con su labor pero Dahyun le apretó la mano.
—No, lo que menos necesitamos ahora es que el Príncipe se enfade.— La joven bufo y el pelinegro sólo asintió, se giró para que ella volviese acomodar el moño.—Ve al jardín, ponle nombre a los peces así como haces con los caballos y si ves a uno de esos hombres no le hables, recuerda que no podemos dirigir la palabra sino tenemos permiso.
—Lo se, Dahyun. Sé cómo ser un sirviente, está ropa no cambia lo que soy, ¿bien?
Dahyun sólo guardo silencio y asintió, entonces lo dirigió hacia el jardín para asegurarse y lo dejó allí.
Unos minutos afuera, Jimin ya había encontrado a Chao Hao, un pez enorme de color naranja, quien siempre se acercaba cuando el sirviente se encontraba en el puente o arreglando las plantas de alrededor de su hogar.
—Mis padres me dijeron que es de mala educación no presentarse ante un Rey como es debido. Ellos practicaban la pena de muerte por tal descortesía.
La voz era pausada, ronca y jodidamente profunda que sintió su sangre congelarse, se reincorporó y sacudió sus ropas ahora sucias por haberse agachado de más para ver mejor a Chao Hao.
Se giró, encontrándose al hombre rubio que vio en la entrada del palacio, él tenía una larga y fina cicatriz en su ojo derecho. Hizo una reverencia y sonrió nervioso, no podía hablar con el Rey, se consideraba una falta de respeto y a muchos de su clase les había costado la lengua. No entendió si quiera porque él le había dirigido la palabra, hasta que bajo la mirada.
Él seguramente pensaba que pertenecía a la familia real por su atuendo. Un nudo se formó en su garganta.
—Tu nombre.— Demandó el rubio.
—Park Jimin, su majestad.
—¿Park?— El Rey repitió su apellido con una mueca desagradable.—Llegue al reino de los Kim.
Dahyun salió de inmediato del palacio y como si en realidad Jimin fuera de la realeza, ella se posicionó atrás de él e hizo una reverencia.—Su tío ha llegado antes de lo previsto, joven Park.
—Vaya.— Mencionó el rubio, llamando la atención de ambos sirvientes.—Así que eres sobrino del líder Kim.
Jimin iba a negarse, aunque eso ocasionase su propia muerte, pero Dahyun se le adelantó de nuevo y con todo el respeto en sus acciones corporales y bajando la mirada ella se dirigió al Rey.
—Mi señor lo espera para tomar el té, Rey Min.
Ella se giró sobre sus talones, caminó hacia el palacio y el rubio la siguió, pasando a lado del sirviente quien seguía congelado en su lugar, pensando en que tipo de castigo le darían por haber tomado un lugar que no era suyo. Ojalá Taehyung llegará pronto.
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espero les guste y me apoyen con este nuevo proyecto. ♡
esta historia tendrá un trío amoroso yoonmintae, también habrá escenas explícitas y sino son de su agrado voy a sugerir no leerlas, espero contar con sus votos, y comentarios.♡
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The king of the north; yoonmin.
Fanfiction❝Jimin era un fiel sirviente del reino bajo las montañas, admirado por la realeza debido a su belleza y tratado de una manera más amable por la misma razón. Tenía una amistad con el Príncipe Taehyung que creció con los años y cuando el Rey no se enc...