The king of the north; yoonmin.

50 [Final]

Yoongi besó el hombro desnudo de su pareja, sintiendo como se estremecía bajo su tacto. Después de explorar un poco los alrededores y la tienda, decidieron comer un poco de fruta y luego se comieron la boca, fue un momento gratificante porque cada beso era literalmente cada vez más dulce y tal vez Min se haya emocionado demasiado y haya tirado poco a poco de las ropas del menor hacia bajo, dejando descubierto su hombro y cuello para besarlo. 

—¿Te gusta el lugar?— Preguntó el rubio, descansando su barbilla sobre Jimin. 

—Es increíble, gracias por traerme.— Comentó Park con una sonrisa que hizo que los ojos del Rey brillarán. 

—Gracias a ti. 

—¿A mí?

—Por perdonarme, por amarme y por seguir aquí.— El Rey mencionó sincero, envolviendo su mano con la suya, pensando en cuál seria el momento perfecto para sacar la joya y arrodillarse. Seria la primera vez que se arrodillaría frente a alguien después de la muerte de su hermano pero prefirió no pensar demasiado en ello, ya que obviamente no eran situaciones parecidas. 

—Podría decirte lo mismo.— Jimin se giró y le besó la mejilla.—¿Cómo encontraste este lugar?

—Estaba enseñándole a Jihyun a cazar, la presa nos mostró el camino.— Yoongi respondió.—Y debo decir que nuestro niño maneja el arco como un guerrero, aprende rápido.

—¿A ti también te enseñaron a cazar cuando eras tan pequeño?— La pregunta no pudo ser evitada y Jimin se mordió el labio por dentro, no es que quisiera que recordará su pasado pero esperaba que le diera un respuesta satisfactoria porque sentía que su hijo era demasiado joven para usar armas. 

—Fui entrenado desde que tengo memoria, así que es seguro que haya aprendido a cazar siendo más joven que Jihyun.— Yoongi asintió y se movió un poco más cerca del pelinegro, sabía lo que estaba pasando por su cabeza y no lo culpaba pues Jimin se había criado de manera diferente, tal vez nunca agarró un arma en su infancia pero esperaba que confiase en el en cuanto a la preparación de su hijo porque Jihyun no sería una persona cualquiera.—Sé que piensas que nuestro hijo aun es pequeño y es verdad pero tiene que aprender a defenderse y a sobrevivir.  Será un Rey y no siempre podremos estar a su lado.

Park asintió y apretó la mano del rubio.—Lo sé. Estamos juntos en esto y debo apoyarte, yo no sé como criar a un Rey. 

—Por supuesto que lo sabes.— Yoongi alzó su mano para besarla.—Ningún Min podría enseñarle amabilidad, gentileza y humildad. Y tú estas criando un líder bueno, justo y solidario, mi padre seguramente esta revolcándose en su tumba. 

Jimin no pudo evitar reírse siendo seguido por el mayor y terminó por recargarse completamente sobre él, Yoongi lo sostuvo abrazando su vientre y volvió a poner la barbilla sobre su hombro. Cuando sus risas cesaron, el pelinegro respiró hondo y dijo.—A veces pienso en lo diferente que han sido nuestra vidas. Yo crecí siendo un sirviente, nunca soñé más allá que tener una casa propia e hijos, dejar de servir a la realeza para ser libre, estar con Taehyung era más como inalcanzable y sabía que terminaría por superarlo...

Yoongi se movió un poco incomodo al escuchar el nombre del tipo al que casi asesinó pero trató de no interrumpir y quedarse callado. 

—Después te encontré, un Rey temido y respetado por todos, con una fama del infierno que varias veces me creí pero poco a poco te fui conociendo y supe que en su momento tu también quisiste ser libre y sólo necesitabas ser amado y cuidado. Y que a ti no podría superarte jamás.

—Yo fui quien te encontré.— Min le susurró.—Te vi desde el primer instante que entré al reino Kim y sabía que no podría sacarte de mi mente.