The king of the north; yoonmin.

9

Jimin tragó en seco y observó sus manos entrelazadas con nerviosismo, antes de respirar hondo y encarar al Rey.—Es el hijo mayor de Kim Taeyong.

—Así que la carta nunca fue para tus padres.

Maldición. De alguna manera se había mentalizado para afrontar a Yoongi en algún momento, pero nada se podía comparar con tenerlo de pie frente a el, con la mandíbula tensa y ojos furiosos. Se preguntaba ¿sería este su fin?

—¡Habla, maldita sea! 

Al menos intentaría vivir un poco más aunque fuese a base de mentiras y peor aun utilizando a sus padres en el proceso, de los cuales no sabía absolutamente nada.

—Por supuesto que si.— Jimin asintió decidido a verse creíble.—Es solo que no solo me escribieron mis padres, los Kim también estaban interesados en saber cómo me encontraba.

—¿Por qué?

—Crecí con ellos.— Eso no era del todo mentira.—Y siempre fui cercano a Taehyung, no me pude despedir de él cuando me sacaste del reino. 

Jimin desvió la mirada del pálido en ese momento pues una amarga sensación se apodero de su pecho y deseó gritarle al Rey que era un desgraciado por haberlo separado del hombre que amaba.   

—El tipo menciona a tus padres, es cierto.— Yoongi volvió sus ojos al pedazo de papel ahora más arrugado.—Y también desea que vayas al reino para las celebraciones de otoño. No me hablaste de eso. 

—No pensé que me dejarías.— Jimin se encogió de hombros.

—Podríamos ir juntos.— Dijo y la sangre abandonó el rostro del pelinegro.—Es hora de que conozca al próximo Rey Kim. 

Park se aferró a una mascara que no sabía que podía manejar tan bien y sonrió, a penas con un hilo de voz mencionó.—Bien. 

Ni siquiera se inmuto por la clara desnudez del Rey, mucho menos cuando se acercó y lo tomó por la cintura. Park estaba demasiado abrumado bajo su sonrisa fingida y culpo a eso porque rodeo con sus brazos al rubio apoyo su rostro contra su pecho y respiró mas tranquilo, su mente le decía que debía odiar a ese hombre por utilizarlo sólo para satisfacerlo sexualmente y por haberlo alejado de su hogar pero su cuerpo y su alma no pensaban lo mismo.  

Sintió un beso en la coronilla.—Lamento haberte gritado. 

Jimin se sintió tan mal.

Los dedos de Yoongi tomaron su barbilla con suavidad y lo obligó alzar la mirada.—No soy tan malo como todos piensan. No soy mi padre.

El mayor dejo un casto besó sobre los labios de Jimin y eso casi lo hizo flaquear. 

—Ahora debemos vestirnos apropiadamente y bajar a desayunar, te ves muy pálido.

Jimin sólo asintió, no se sentía capaz de decir algo sin cagarla antes. La carta no abandonó las manos de Yoongi, de hecho cuando salió de la habitación dijo que le contestaría personalmente al Príncipe Kim.

[...]

El pelinegro no sabía que ser parte de la realeza sería tan aburrido, ya que estaba acostumbrado hacer muchas cosas, en el reino Kim no paraba durante todo el día pero ahora estaba en el jardín del palacio, mirando las flores y caminando de aquí para allá porque sabía que no soportaría un segundo más en su habitación, pensando en lo mentiroso que se había vuelto.

Tampoco estaba cómodo dentro del palacio porque Hoseok lo había seguido después de salir del comedor y fue realmente extraño, no quería estar cerca de ese chico. Hye por otro lado era agradable y no lo trataba con hostilidad pero ella si tenía tareas, según lo poco que le había dicho estaba a cargo de la cocina algunos días porque se lo había pedido al Rey.