The king of the north; yoonmin.

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—Sabía que se iría.— Namjoon murmuró, arrugando la carta que tenía en las manos con una expresión sombría.—Siempre se quejó de la vida que tenía conmigo pero esperaba que se quedará un poco mas por nuestros hijos, Hyun aún es un bebe. 

El Rey asintió, mostrando la mejor expresión de sorpresa que tenía, la cual era casi inapreciable.—¿Sabías de su amante?

Namjoon asintió pesadamente.

—¿Por qué nunca hiciste nada al respecto?— Min cuestionó, casi acusándole por su falta de honor. 

—Pensé que si la dejaba hacer lo que quisiera entonces...— El más alto respiró hondo, como si quisiera controlarse a sí mismo.—Entonces sería una buena madre. Sé que piensas que soy un idiota, que soy un hombre que no se valora a sí mismo pero estaba dispuesto a todo porque mis hijos no sufrieran. 

Min negó lentamente con la cabeza.—Esa mujer nunca quiso a sus hijos, lo sabes. 

Namjoon sólo bajo la mirada porque era cierto. 

—Soy tu hermano, no tienes que mentirme.— Yoongi puso una mano sobre el hombro del castaño y lo apretó ligeramente. 

—Bien. No hice nada cuando me enteré de su amorío porque me sentía culpable de su infelicidad, ella nunca estuvo del todo convencida de ser madre y yo era lo que más quería en el mundo. 

—Mi padre siempre nos dijo que obtendríamos mierda de otras personas.— Yoongi comentó mientras le quitaba la carta de las manos a su hermano y la leía como sino la hubiese leído la noche anterior cuando prácticamente obligo a la mujer a escribirla porque ni siquiera quería molestarse en despedirse de sus hijos.—Y si, algunas veces obtenemos mierda porque nos equivocamos en el camino y ese es el pago de nuestros errores.

La carta era terrible en su totalidad. 

Namjoon, me voy para siempre. Estoy cansada de este lugar, cansada de ti y quiero ser ser feliz con Jaehyun. 

Ya tienes a tus hijos que es lo que querías, cuídalos y diles que sí los amo pero que nunca podre ser una buena madre. Espero me perdonen algún día. 

Haneul.  

—Mi padre tenía razón.— Namjoon suspiró.—Y ahora no sé qué voy hacer, me siento como cuando mamá murió.

Ese sentimiento era lo peor, ambos Min lo sabían. Sin embargo, Yoongi no sé había arrepentido de la decisión que tomó porque sabía que era lo mejor para todos, lo mejor para su familia y era lo suficientemente egoísta para cuidar lo que amaba sin importarle nada más, lo aprendió a la mala por supuesto pero no estaba dispuesto a perder a nadie de nuevo.

—¿Crees que Jimin pueda estar allí cuando hable con mis hijos? Ellos lo aprecian mucho y necesito mas apoyo, también tú si es posible.— Namjoon pidió mientras doblaba cuidadosamente la carta que Haneul le había escrito y la guardaba dentro de sus ropas.

—Estaremos contigo.— El rubio asintió, dándole una palmada en el hombro creyendo que era el gesto más reconfortante que podría ofrecerle a su hermano.—Los niños y tú nunca estarán solos, se los prometo.

[...]

Namjoon había escogido palabras cuidadosas para decirles a sus hijos la verdad, ya no eran tan pequeños y se enterarían eventualmente así que decidió hablar con ellos y como era normal, los niños lloraron por la reciente ausencia de su madre. Yoongi y Jimin estuvieron a su lado para darles un poco de apoyo moral, especialmente Jimin porque fue quien calmo a los niños y les explico con palabras dulces que a veces ese tipo de cosas pasaban porque eran temas de adultos pero que ellos estarían muy bien y no tendrían que separarse nunca porque eran una familia.