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—¡Habla ahora, maldita sea!— El sonido seco de un golpe limpio en el rostro del ladrón hizo eco por todo el cuarto oscuro. Los nudillos de Min ya estaban rojos para ese entonces, el tipo seguía dándole vueltas y vueltas a la situación, el Rey estaba a una estupidez más de perder la paciencia. 

—Rey...— El ladrón murmuro y Yoongi esperó una maldita respuesta concisa pero no obtuvo nada más que una respiración errática y sangre salpicando cerca de sus pies. 

Se giró hacia su general y ordenó.—Quiero mi espada, ahora. 

—No...— El hombre ahogo un gritó, respirando lo más hondo que pudo y alzó el rostro.—Le diré, se lo diré todo. 

—Una mentira y te cortare la lengua yo mismo.— Yoongi soltó enfurecido, quería saber quién diablos había planeado la emboscada y quería matarlo con sus propias manos, paso toda su vida luchando, en guerra tras guerra y sabía perfectamente que sus enemigos se concentraban en sus debilidades, y en ese momento el tenía dos. 

—Su majestad, no creo que él vaya a decir algo importante, lo hemos torturado por días. 

—Callate, maldito desgraciado.— El mercenario escupió con furia, mirando directamente a Seokjin.—Me aseguraré de verte en el infierno, grandísima mierda.  

Kim comenzó acercarse al tipo amarrado para terminar de una vez por todas lo que había comenzado. 

—No des otro paso, Kim.— La voz del Rey detuvo al más alto y Seokjin maldijo pero no se atrevió a contradecirlo de nuevo.—Esta escoria nos demostró que puede hablar claramente. 

La mirada casi socarrona del mercenario cambió en segundos al ver al Rey más cerca de donde se encontraba atado y tragó en seco antes de comenzar.—Yo vi cuando vi hermano recibió la paga, la llevo un tipo que nunca antes había visto pero parecía un mensajero, nosotros queríamos saber para quien estábamos trabajando porque nunca hacemos negocios con gente de mierda como lo son lo del norte. 

—Ve al maldito punto.— Gruñó Seokjin mientras apretaba gravemente la navaja en su mano. 

—El mensajero nos dio mucho dinero y dijo que no podía decirnos su nombre o lo matarian, lo único que nos dejo saber es que el tipo que lo quería bajo tierra era un Príncipe que pronto ascendería a Rey. 

—Mientes.— Volvió hablar el general Kim. 

—¿De qué mierda me serviría mentir si estoy a un jodido paso de la tumba?— La mirada del mercenario fue del general al Rey y sonrió casi divertido.—Mas bien ustedes no quieren aceptar la verdad. Todos saben que el Príncipe Hoseok fue echado de aquí como basura, si yo fuera él querría venganza. 

Yoongi negó.—Él no es una mierda como tú. 

El mercenario se encogió de hombros.—Tal vez no y usted tenga razón, entonces esta la posibilidad de que sea el Príncipe Kim, ya sabe, por los rumores que circulan entre los reinos. 

—¿De qué mierda hablas?

—Se dice que el Príncipe Jimin como usted lo hace llamar no es realidad de la realeza sino que se trata del amante de Kim Taehyung y usted se lo robo. 

—Basta de mentiras.— Seokjin se acercó lo suficiente para apuñalar al tipo hasta que la jodida mano le doliese pero cuando estaba a nada de traspasar la piel del hombre la mano del Rey se envolvió en su muñeca y lo detuvo una vez más.—Su majestad, ¿Qué...

—¿De dónde sacaste esa porquería de historia?— La voz de Min era dura, como si estuviese tratando de contenerse a sí mismo de romper cada hueso del cuerpo ajeno y echárselo a los perros. 

The king of the north; yoonmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora