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El viaje duró más de lo que Jimin había pensado y montar alrededor de dos días seguidos había dejado un gran dolor en su cadera, ya que fue demasiado obstinado como para recargarse sobre el Rey y se mantuvo erguido todo el camino, sin querer tocarlo más de lo debido.

Era una tontería, lo sabía. Ya se habían besado, al dormir y al amanecer, Yoongi simplemente jalo de él para comerse su boca, fue extraño pero no fue tan desagradable como el pelinegro pensó que sería.

Llegaron al palacio por la tarde y Yoongi desapareció de su vista en cuanto bajó del caballo, el pesar en su pecho se fue con él. Un sirviente lo llevó a su nuevo lugar, era una habitación más grande que la casa de sus padres y nuevamente sentía que no pertenecía allí, afortunadamente se le permitió a Dahyun acompañarlo.

—Nos hemos metido en la boca del lobo.— Dijo Jimin en cuanto el sirviente cerró las puertas pero Dahyun observó todo a su alrededor sorprendida, ignorando el comentario del pelinegro.—Si él me descubre...

Dahyun se giró para mirarlo.—Eso no va a pasar. Tú aquí eres el Principe Park Jimin, sobrino del rey Kim Taeyong.

—Pero no sé...

—No puedes dudar ahora.— La joven murmuró bajo y Jimin asintió pesadamente, porque ella tenía razón, las cosas estaban hechas.—Aprenderás a comportarte viendo a tu alrededor, los demás sirvientes me dijeron que hay dos concubinas más.

—Sé que aprenderé.— Aseguró el pelinegro y una pequeña sonrisa tiro de los labios de la joven.—Pero hay una cosa más.

Dahyun lo observó interesada, el rostro de Jimin se enrojecio un poco.

—El Rey Min quiere hacerme...bueno eso.— Se avergonzó de decirlo, aún más de decírselo a Dahyun pero no tenía a nadie más con quien hablar.—Y yo no sé cómo...

A juzgar porque la joven se giró sobre sus talones y miró hacia otro lado, ella tampoco sabía, pero sabía que no se iría sin haberlo tranquilizado antes.—Estarás bien. Supongo que él te dirá que hacer, solo intenta hacer caso y deja que haga lo que quiera mientras no te lastime.

Jimin asintió no muy convencido y antes de que pudiese decir algo, tocaron varias veces y una sirvienta se anunció, entonces las puertas de la habitación se abrieron y tres mujeres entraron, una era mayor y fue quien de inmediato hizo una reverencia hacia el pelinegro, quien realmente creía que eso no era necesario pero no dijo nada.

—Principie Park, es un honor poder servirle.— Murmuró la mujer mientras aún se encontraba mirando hacia el suelo.—Su baño está listo, el Rey Min espera que lo acompañe en la cena así que debemos apresurarnos.

—¿Dónde está él ahora?— Preguntó por mera curiosidad.

—El Rey Min tiene muchos asuntos del reino que atender.

Jimin asintió, no era la respuesta que esperaba pero como sirviente sabía que no podían dar más información de la que debían.

—No traje nada conmigo.— Dijo el falso Príncipe mirándose a sí mismso, ya no llevaba la misma ropa con la que salió del reino Kim, sin embargo la nueva tela lila tenía algo de tierra, el podría fácilmente lavarlar y volver a usarla, pero suponía que no era algo que un Príncipe hacía, al menos no los que conocía.

—Su ropa está llegando, no tardarán mucho en subirla.— Anunció la mujer, ahora erguida pero con la mirada hacia el suelo.—Su sirvienta puede encargarse de acomodarla mientras usted toma un baño, lo llevaremos.

—Esta bien, puedes decirme dónde está y lo encontraré.— Jimin no era fanático de estar con muchas personas a su alrededor o muy cerca, al único que le dejaba era a Taehyung, porque era su Príncipe y resultaba ser bastante pegajoso, y tampoco tenía corazón suficiente para pedirle que se alejará.

The king of the north; yoonmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora