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Una de las cosas que más le gustaban de su hogar sin duda eran los atardeceres, podía ver claramente como el sol se escondía tras las montañas desde las puertas del palacio, el cielo tomaba ciertas tonalidades de rosa y naranja, era casi un cliché como la suave brisa acariciaba su largo cabello azabache y se sentía pleno por un breve periodo de tiempo. 

Min no habló con él después de correr a Hoseok, únicamente llevó a Jihyun a la habitación y en cuanto el niño comenzó a dormitar él se retiró dejándolo con una presión casi asfixiante que le impidió dormir bien. Por la mañana fue avisado que Yoongi había acompañado al Rey Taeyang a cabalgar y que lo vería por la tarde, no habían llegado y el pelinegro se estaba poniendo un poco nervioso. El Rey Kim era conocido por jugar sucio y matar a sus enemigos por la espalda, Yoongi ahora no era un enemigo pero no por eso al viejo le caía mejor.   

Fijo su vista en el pequeño Jihyun para alejar un poco sus pensamientos de la tragedia, él estaba persiguiendo una mariposa con una sonrisa en el rostro. 

Y sabía que de todas las cosas que le habían pasado su hijo era la mejor. 

—¿Qué estas pensando?— Alguien preguntó, sacándolo de sus pensamientos y observó a su padre de pie a su lado. 

—En mi hijo. 

—Aún no logró entender eso.— Comentó su padre con sinceridad, dirigiendo su vista al niño que ahora se había detenido a ver como uno de los sirvientes jalaba a un caballo de sus riendas. 

—No necesitas entenderlo, solo aceptarlo.— Jimin sonrió al ver como el menor alzaba y movía sus manos hacia el animal para llamar su atención.—Jihyun ha llegado a llenar mi vida de felicidad, ahora no puedo pensar en una vida sin él. 

—Y a mi me hace feliz verte feliz.

El pelinegro se giró para ver a su padre y dijo.—De verdad te extrañe. 

El hombre le dedicó una sonrisa sincera, sus ojos cerrándose casi por completo y el menor sólo pudo pensar en lo mucho que podían llegar a parecerse. Antes de que pudiese seguir hablando con su padre dos caballos cruzaron las puertas del reino y Jimin casi soltó un suspiro de alivio. Yoongi se veía perfectamente con su largo cabello rubio bien atado y su vestimenta obscura con bordados dorados, su rostro parecía relajado al igual que su postura pero el pelinegro aún se mantendría un poco receloso después de lo que había pasado anoche.

Él bajo del caballo y Jihyun automáticamente corrió hacia él. Por un momento Park creyó que no le correspondería al niño cuando este casi se detuvo frente a el pero no fue así, lo levanto y le tocó la nariz con una sonrisa. 

—Deberías ir.— Su padre le palmeó el hombro.— Parece que no sólo el pequeño lo estaba esperando. 

Al pelinegro se le colorearon las mejillas y no pudo decir nada al respecto, tal vez se veía que estaba demasiado aliviado de verlo. El Rey Taeyang se acercó hacia ellos, paso su mirada por su padre y después hacia él. 

—¿Has visto a Taehyung?— Preguntó en voz baja. 

—No, majestad. 

Él murmuró una maldición y después murmuró.—No sé nada de él desde la cena de anoche y en poco tiempo es la celebración de las luces, así que si lo llegas a ver dile que tiene que estar junto a su familia. 

—Lo haré.— Park asintió y el Rey se alejó. Su padre también se fue, antes de casi empujarlo hasta donde estaba Yoongi.

Respiró hondo y comenzó a caminar hasta donde estaba con Jihyun. 

—Jimi.— Lo llamó el niño sonriendo, luego llevó una de sus manos a la mejillas del rubio y dijo.—Yoon. 

Ambos se miraron sorprendidos, Jihyun nunca había dicho un nombre además del de Park y su vocabulario era bastante reducido ya que nadie le había enseñado hablar antes, así que eso realmente era un avance. 

The king of the north; yoonmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora