Narras tú:
Hace unas semanas llegue al lugar donde vivían los maestros aire, eran gente sencilla, divertida y agradable, allí me enseñaron que el verdadero poder no debe venir de la ira, como lo era mi elemento, a meditar y encontrar paz interior, las dos ultimas me costaron bastante, ya que yo suelo ser muy extrovertida, agresiva cuando la situación lo requiere y me aburro con facilidad. Todo cambio cuando conocí a Aang, pues a lo largo de mis viajes siempre intentaba especializarme en técnicas de combate, soy buena en tiro con arco, artes marciales y en controlar mi elemento, fuego, nunca había podido vivir de otra manera, sin familia, nunca tuve un lugar al que llamar hogar y él me enseño lo que nunca creí que debía aprender, me enseño lo que era considerar a alguien como familia, a querer y divertirme con lo más sencillo o absurdo, siempre conseguía arrastrarme a cualquiera de sus locuras y en algunas ocasiones lograba arrastrarlo yo a él. Aang logro que aquel lugar se convirtiera en mi hogar, aunque creo que cualquiera lo seria si él estaba conmigo.
Pero una noche Aang entro a nuestra habitación muy enfadado, soltando aire control por sus manos sin cuidado.
- ¿Ocurre algo? ¿estas bien? - me levanté de la cama de un salto al verlo tan alterado -
- ¡No! ¡quieren que yo sea el Avatar!
- Pero eso es bueno ¿no? Vas a poder dominar los cuatro elementos y llevar la paz a todo el mundo y yo iría contigo, serían como unas vacaciones de paz.
- ¡No es bueno! ¡quieren separarme de Gyatso! ¡y dicen que no podre tener familia si soy el Avatar! - solloza -
Acorto la distancia entre nosotros y lo estrecho entre mis brazos, lo conocía desde hace meses después de decidir que me quedaría permanentemente y verlo tan abatido y derramando lagrimas provocaba que mi corazón se retorciera sobre si mismo y que el fuego dormido en mi interior llameara con fuerza alimentado por la rabia.
- No te preocupes, lo solucionaremos, aunque tenga que reducir todo a cenizas.
Tras tranquilizarlo nos fuimos a dormir, decidiendo dormir en la misma cama por si de nuevo no se encontraba bien poder consolarlo de nuevo. Me desperté al notar la ausencia de Aang y las ventanas abrirse con violencia, una gran tormenta se avecinaba azotando el cielo furiosamente. Vi como Aang salía por la ventana y se alejaba sobre Appa. Sin dudarlo salte a través de esta y me impulse con mi fuego control hasta alcanzarlos y subirme sobre sobre Appa.
- ¿¡Qué estas haciendo?! ¡la tormenta es muy fuerte! ¡tenemos que volver!
- ¡No pienso volver! ¡no pueden obligarme a ser el Avatar!
- ¡Entonces me iré contigo!
- ¡Es demasiado peligroso! ¡tienes que volver!
Antes de poder contestarle la tormenta nos arrolló derribándonos contra el mar, las olas eran fuertes y nos empujaban hacia abajo, entonces, antes de que el agua entrara en mis pulmones Aang activó el modo Avatar encerrándonos en una esfera de hielo.
Narro yo:
100 años después.
Un haz de luz atraviesa el cielo avisando a la flota del príncipe Zuko de la llegada del Avatar. Aang cae en el hielo volviendo a la normalidad, descansando en los brazos de Katara, la cual lo posa en la nieve esperando a que despierte. Aang abre los ojos encontrándose con el rostro de la joven de piel morena.
- ¿Puedo preguntarte algo? - susurra -
- ¿Qué pasa?
- ¿¡Vendrías a cabalgar en pingüino conmigo?!
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Flame (Sokka x tú)
Fanfiction⚠️ ADVERTENCIA DE 🍋🍋🍋 Esta historia está ambientada en la serie de Avatar la leyenda de Aang, donde cada capítulo publicado será el equivalente de un episodio de la serie. Los cambios que realizaré serán que tú estás incluida en la trama, además...