El reino de la tierra de Omashu, habíamos venido a ver al amigo de Aang, Bumi, yo también lo conocí en una de las visitas que le hizo, es un loco, pero en el mejor sentido de la palabra, en resumen, me cae bien.
Por precaución disfrazamos a Aang para que no le reconocieran y a mí me advirtieron que pasara lo que pasara no debía usar mi fuego control. a lo lejos en la puerta visualizamos a los guardias tirando una carreta de repollos y gritándole al propietario, no es como la recordaba.
- No dejéis de sonreír. – dice Aang –
Todos nos miramos con una pizca de preocupación y forzamos nuestra mejor sonrisa. Aang se acerca y uno de los maestro tierra levanta una ropa del suelo y la pone sobre su cabeza, no pienso permitir que le hagan daño, pero antes de siquiera poder dar un paso Sokka agarra mi mano.
- Tranquila. – me susurra –
Correspondo el apretón y le devuelvo la sonrisa tranquilizándome. Al final ha sabido resolver el problema como mejor sabe hacer, nunca me cansare de sus bromas y actuaciones.
La gran ciudad se cierne sobre nosotros mostrando todo su esplendor y su sistema de reparto, kilómetros y kilómetros de tubos y galerías, es simplemente asombrosa. El Avatar les explica como con Bumi subían a las cajas de reparto y surcaban los toboganes de piedra. Nos subimos todos a uno, el este orden: Aang, Katara, yo y Sokka.
- Una bajada y nos vamos al polo norte, palabra de maestro del aire.
Nos deslizamos a gran velocidad por una gran pendiente, mi espalda choca contra el pecho de Sokka por la gran velocidad. Nos metemos por uno de los caminos que nos lleva junto a otro paquete de lanzas afiladas a nuestra espalda.
- ¡No te muevas! – le grito a Soka –
Me doy la vuelta quedando a horcajadas encima suya y mantengo las lanzas separadas empujándola con mi arco.
- ¡Yo controlo! – grita Aang –
Mueve la caja y nos salimos de "los raíles", me aferro al cuello de Sokka, preparándome para la caída.
- ¡No me sueltes! – le grito –
Sokka me rodea por la cintura y me presiona contra su cuerpo amortiguando la caída contra el tejado, rompiendo parte de él. Pasamos por delante de un ejercita de maestros de tierra y por un par de tejados más antes de volver al tobogán.
- ¡Usa tu control del aire! – grita Katara –
- ¡Sí, tienes razón! ¡así iremos más rápido! – dice impulsándonos con más fuerza –
- ¡No se refería a eso! ¡¿acaso quieres que muera de esta forma?!
Le grito, pero no logra escucharme. Sin tener suerte nos chocamos contra otra caja de piedra y salimos volando de la nuestra, pero Aang usa su aire control para devolvernos a nuestro sitio y para seguir rompiendo tejados procurando no matarnos en el intento. Nuestro destino termina destruyendo un carro con repollos y todos tirados en el suelo con varios raspones. Noto que en todo el trayecto Sokka no me ha soltado y que aún me sostiene con firmeza, se me enternece el corazón al saber que no quería que me pasara nada.
- Ya puedes soltarme, aunque deberías haberlo hecho antes de la caída, has amortiguado casi todo mi cuerpo, debe doler.
- Dijiste que no te soltara y eso he hecho. – me sonríe –
- Gracias. – le devuelvo la sonrisa –
Los guardias nos detienen y nos conducen hasta el rey, el cual nos mira sobre todo a Aang y a mí. Uno de los soldados enumera todos los crímenes que hemos cometido y el en vendedor de repollos quiere que nos corten la cabeza.
- Llevadlos al salón, les daremos un banquete.
Todos nos miramos confundidos. Ya sentados a la mesa comemos lo que nos ha servido en el plato, mientras Aang y el rey hacen chistes sobre canguros, a sido tan malo que no he podido evitar reírme, al igual que Sokka, pero era una trampa el rey le lanza un mulito de pollo, el cual detiene con su dominio del aire, hemos sido descubiertos. Les indica que nos lleve a la sala reformada para descansar, porque mañana Aang tendrá que enfrentarse a tres pruebas.
- ¿Esto es una cárcel? – comenta Sokka –
- Dijo que la acababan de reformar. – dice Katara –
- Bueno, así podremos dormir bien y en una cama. – digo tirándome sobre una –
Al final terminamos todos durmiendo, pero durante la noche a Katara, Sokka y a mí nos sacan de la habitación y nos colocan unos anillos conocidos como cristal trepador, hemos quedado en sus manos, todo depende de Aang ahora.
Por suerte logra superar las pruebas; la primera había sido recuperar una llave que colgada de una cadena dentro una cascada, el segundo traerle a su mascota flopsie, que resultó ser un animal enorme y la tercera enfrentarse al rey, pero aún quedaba algo, debía averiguar su nombre.
- Piensa en los desafíos. – aporta Katara –
- ¡Yo lo se! Es un maestro de la tierra ¿no? Pues Rocky, ya sabes por las rocas.
- ¿Eres así de tonto siempre o solo en ocasiones de vida o muerte? – me mofo –
- ¡No te burles! – se queja, mientras yo sigo riéndome –
Aang sigue pensando junto a Katara, hasta que da con la respuesta. Nos llevan de nuevo a la sala del trono.
- Bumi, eres un genio loco. – dice corriendo hacia él para abrazarlo –
- No has cambiado nada, literalmente.
- Bueno, yo también te abrazaría, pero me tienes aquí encerrada. – comento –
- Oh ______, siempre tan burlona e irascible. – dice destruyendo los cristales –
- Estoy trabajando en mi temperamento. – contesto abrazándolo –
Al final las pruebassolo habían sido hechas para que Bumi se divirtiera un poco y para advertirle aAang que debía dominar los cuatro elementos y enfrentarse al señor del fuegopara devolver el equilibrio al mundo. Todo había terminado bien, pero antes deirnos ellos se subieron de nuevo a las cajas de piedra y destruido otra carretacon repollos.
![](https://img.wattpad.com/cover/226919999-288-k149552.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Flame (Sokka x tú)
Fanfiction⚠️ ADVERTENCIA DE 🍋🍋🍋 Esta historia está ambientada en la serie de Avatar la leyenda de Aang, donde cada capítulo publicado será el equivalente de un episodio de la serie. Los cambios que realizaré serán que tú estás incluida en la trama, además...