Advertencia: La historia contiene escenas eróticas para adultos.
Después de que V me abandonase por Rika, y que esta por despecho me expulsara de la RFA, no me veía capaz de continuar con mi vida normal. Seguía enamorada de V, pero gracias a la ayud...
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- ¡No! -grité, observando como toda la fruta, que había metido en la licuadora, salía disparada porque, como buena despistada, se me había olvidado ponerle la tapa. - ¡Por qué haces eso marranona, no ves que estoy teniendo una mañana espantosa! -le grité a la máquina como si fuera una persona.
No puedo negar que a lo largo de la mañana había vivido una serie de catastróficas desdichas. En primer lugar, cuando mi alarma sonó recordé que Vander no estaba en casa ya que, a las cuatro de la mañana, se fue a trabajar. En otro momento no me habría afectado tanto su ausencia, pero como hoy era la maldita fiesta de la RFA le necesitaba a mi lado para distraerme.
En segundo lugar, después de madrugar muchísimo para ponerme a trabajar con unas comisiones, mi ordenador portátil decidió abandonarme en la batalla y, como Vander no estaba para repararlo, no pude trabajar. Realmente, opino que era la venganza de mi dispositivo tecnológico porque, casualmente, cuando más necesito el ordenador es cuando se estropea.
Y, por último, toquemos madera para que ciertamente sea la última catástrofe que me pase en el día de hoy, después de sacar la colada de la lavadora me di cuenta de que la horrible sábana con estampado animal había desteñido mi camisa preferida. Tal vez, mi madre diría que no es para tanto porque la prenda se puede reutilizar, pero literal que su horrible color actual era como marrón mojonero.
Después de limpiar todo el desastre que había armado en la cocina, me fui a mi habitación para seleccionar de mi armario cualquier prenda. Mi intención era ir al apartamento de Yoosung para decirle que no iba a ir a la fiesta. Soy consciente de lo ridículo que era anunciarle "vengo a decirte que no voy", sin embargo, no quería faltar a la celebración sin darles una justificación razonable. Creo que, si consigo explicarme bien, tanto Yoosung como el resto de los miembros comprenderán mi ausencia.
Como Yoosung no vivía lejos de mi casa, exactamente al final de mi rellano, no me mareé mucho en el conjunto de ropa, por ello, decidí ponerme: un pantalón corto de color verde militar, un top blanco de lino con tirantes finos y unas comodísimas sandalias planas.
- ¡Tú puedes! -grité, observándome en el espejo del aseo. -Yoosung... no voy a ir a la fiesta porque tu prima es una culebra ponzoñosa y su novio es un adefesio mal hecho. -casi me parto de risa al imaginarme la cara que pondría el lindo cachorrito, si le llego a soltar eso. -¡¡Rata de dos pataaassss!! -grité, usando el cepillo de micrófono.