Advertencia: La historia contiene escenas eróticas para adultos.
Después de que V me abandonase por Rika, y que esta por despecho me expulsara de la RFA, no me veía capaz de continuar con mi vida normal. Seguía enamorada de V, pero gracias a la ayud...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cuando abrí los ojos Vanderwood ya se había ido del estudio con el propósito de escabullirse a su amado trabajo. Madrugaba mucho porque, incluso en verano, su jornada laboral seguía siendo intensiva. Resultaba casi imposible calcular las horas que le dedicaba a su ocupación, quizás, ni su tirano jefe podía adivinar las horas extra que hacía.
Como el sol inundaba, descaradamente, mi habitación alargué mi brazo para revisar la hora en mi móvil. Era consciente de que había dormido demasiado, sin embargo, no esperaba descubrir que, en mi pantalla, marcaban las cuatro menos cuarto de la tarde.
Ahora bien, no me levanté de mi cama hasta que no revisé todas mis redes sociales personales y laborales. Gracias a los consejos de mis docentes decidí abrirme una cuenta en una aplicación para subir todas mis ilustraciones, personalmente considero que todo lo que subo es en plan aficionada, pero como el feedback del público es tan increíble cada vez estoy profesionalizando más el perfil.
Después de sentirme como un desecho social por pasarme todo el día durmiendo como una marmota, decidí que debía ducharme porque tenía el cuerpo empapado de sudor a causa de dormir abrazada, en pleno verano, al cuerpo de Vanderwood. Definitivamente, los mimos no estaban diseñados para esta estación.
Una vez terminé de darme una ducha bien caliente, fui a la cocina para prepararme cualquier cosa para comer. Cuando abrí la nevera fue toda una sorpresa descubrir que, Vanderwood me había dejado dos envases de comida casera: uno de sopa y el otro de pollo salteado con verduras. También, me había pegado en uno de los envases un pósit muy tierno. En verdad, era todo un v por preocuparse tanto por mí.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cuando probé aquel suculento manjar deseé ser la esposa de Vanderwood para poder comer todos los días sus deliciosos platillos caseros. Quería mandarle un mensaje para agradecerle por la comida, pero me daba tanta vergüenza admitir que estaba comiendo a esa hora que, preferí no mandarle nada y agradecérselo en otro momento.
Antes de ponerme a ilustrar, recogí todo lo que había ensuciado porque no me apetecía que la loca de la limpieza viniese a casa con la aspiradora para otra sesión intensiva de higienización. Como estaba atardeciendo, la luz rosada del cielo se coló por la ventana que tenía en mi diminuto salón, reflejando sus preciosos tonos en el escritorio que usaba para estudiar.