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-          Próxima estación Cheritz

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- Próxima estación Cheritz. -anunció una voz enlatada.

Por desgracia, todavía me quedaban como tres paradas para llegar a casa. El viaje se me estaba haciendo tan eterno que las dos horas que me faltaban parecían veinte. Sin duda, puedo decir abiertamente que odio con toda mi alma los trayectos largos porque, por más que las primeras horas se me pasaban volando, al final siempre me terminaba aburriendo. Aunque, admito que estas travesías eran la excusa perfecta para inflarme a comida chatarra y ver películas románticas en el portátil.

- Mira que estás bueno, Krum. -solté con la boca llena de una pringosa chocolatina. -La verdad, estaría bendecida si pudiese verte la barita.

Dado que, no había ni un pasajero en el vagón me podía dar el lujo de comentar en voz alta la película. Sé que no es normal, pero es que cuando aparecía el guapísimo Viktor Krum en la pantalla de mi computadora, no me podía resistir. Era tal el fervor que sentía mi cuerpo, que me vibraba hasta la pepitilla. Por cierto, hablando de vibrar... 

Definitivamente, me había portado fatal con V porque esta mañana se me había olvidado mandarle un mensaje, justificándole la anulación de nuestra "cita"

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Definitivamente, me había portado fatal con V porque esta mañana se me había olvidado mandarle un mensaje, justificándole la anulación de nuestra "cita". No obstante, conociendo a V no creo que le suponga un drama, es más, podría asegurar que le habrá gustado la decisión ya que así podríamos reflexionar con cuidado todo lo que pasó en la fiesta de la RFA. Acontecimientos que, por mi parte, prefería olvidar. Conviene subrayar que no me arrepentía de las escenas picantonas que habíamos compartido en el baño, pero evidentemente, recordar mi penosa interpretación de Femme fatale me causaba un poco de vergüenza.

Guardaré tu saborDonde viven las historias. Descúbrelo ahora