Advertencia: La historia contiene escenas eróticas para adultos.
Después de que V me abandonase por Rika, y que esta por despecho me expulsara de la RFA, no me veía capaz de continuar con mi vida normal. Seguía enamorada de V, pero gracias a la ayud...
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- Luna, ¿no son demasiado cortas estas faldas?
Como vaticine, los uniformes que compraron ayer ese par de irresponsables no se parecían en nada a los oficiales. Es más, decir que esos disfraces eran los uniformes de Hogwarts era un insulto. Se podía insinuar que el disfraz de los chicos se parecía, pero el nuestro ni pensarlo. No sé ni por dónde empezar a describir esa peculiar creación.
Empezaré por las faldas, la mía era una falda muy corta en color gris con diseño de tablas confeccionada en un tejido ligeramente elástico y la de Luna era igual, pero más corta -no sabía que existían tan cortas - y de color negro. Para la parte de arriba Luna nos había comprado unas camisas básicas de manga corta en color blanco con el escudo de nuestra casa bordado a la altura del pecho. Me aventuraría a decir que eran ideales, pero como eran demasiado ajustadas para formar parte del uniforme de una escuela, me lo guardaré. No cabe duda de que lo único que se salvaba del disfraz era la corbata.
- No. -miró mi ropa. -Eres de Slytherin, debes quitarte estos botones. -con un tirón me arrancó los botones de la camisa para bajarme más el escote.
- Dime que, por lo menos, has visto la película. -le bufé mientras gateaba por el suelo del aseo en busca de los botones.
En serio, creo que esta mujer no había visto ni el tráiler de las películas porque en ninguna escena el uniforme femenino de las estudiantes de Slytherin se transformaba en lo que llevaba puesto. Creo que, Luna se pensaba que Hogwarts era como la mansión Playboy, pero con telarañas, velas y varitas mucho más... resistentes.
- Si coses esos botones te los volveré a soltar. La idea es que vayas de la versión aesthetic de Slytherin porque es lo que todos esperan ver en una estudiante de esa casa.
- Nadie espera que una estudiante de colegio -lo remarqué. -lleve este escote ni esas calentorras medias.
- ¡NO! ¡Por ahí no paso! -movió la bolsita. – Te las tienes que poner por mí.
No creo que pueda llevar de forma cómoda esos pantis liguero con efecto longuette porque no encajaban con mi estilo. Las medias que me había comprado Luna eran bonitas, pero siendo realista, también eran demasiado sensuales para una persona tan básica como yo. Por ello, me negué en rotundo a ponérmelas. Sin embargo, mis intentos de rechazar su amable oferta fueron en vano porque la jefa de vestuario se había vuelto Bellatrix.
