Cuatro.

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Después de que Kakashi les hablara sobre el trabajo en equipo, Percy se quedó atada a uno de los postes pues aunque todos estuvieran aprobados, las reglas eran las reglas y ella no había conseguido su cascabel por lo que el peliplata se encontraba comiendo enfrente de ella.

Sasuke y Naruto se habían ido. 

—¿Y qué pasa si me suelto? —preguntó Percy, harta del silencio.

—¿Puedes soltarte? —le dijo Kakashi mientras masticaba, debajo de su máscara.

Percy no entendía como lo hacía pero parecía darle un bocado a su comida cada que ella parpadeaba. 

—No lo sé, ¿puedo? —preguntó Percy de vuelta.

—Puedes intentarlo —respondió el peliplata, curioso. 

Percy sonrió pero a los ojos de Kakashi, no estaba haciendo ningún intento para soltarse.

—¿Me vas a contar como es que tus calificaciones en la academia eran mediocres y hace nada acabas de que tienes bastante potencial? —le preguntó Kakashi.

—Tuve una gran mejoría mi último tiempo en la academia, ¿no vió eso en sus notas?

Dicho eso, las cuerdas alrededor de Percy se soltaron, dejando a Kakashi sorprendido.

—¡Vamos a comer ramen, Percy! —gritó un rubio, desde la parte de arriba de un árbol, con un kunai girando en uno de sus dedos.

—¡Ahora te alcanzo! —le gritó la azabache, con una sonrisa.

Se aproximó al peliplata y le robó un bocado de su comida para después alejarse.

—¡Nos vemos luego, Kakashi-sensei! —le dijo la chica a modo de despedida.

Kakashi suspiró, no se le había ocurrido que el rubio regresaría a ayudar a su amiga, aunque tampoco le desagradaba la idea pues aquello facilitaba su trabajo en equipo.

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Después de haber comido ramen con el rubio, cada uno se fue por su lado después de despedirse.

Percy pasó por la tienda de helados, un gran anuncio de descuento llamando su atención inmediata.
¿Ya había mencionado que amaba el helado? 
No pudo resistir la tentación, comprándose tres botes de helado se dirigió a casa corriendo y se los comió como si no hubiera un mañana.
Se quedó dormida entre tres botes de helado vacíos, con el estómago lleno, y con la ventana de su balcón completamente abierta.

Los sueños que ya conocía tan bien no tardaron en llegar.
Salía en una misión para recuperar el rayo maestro de Zeus, el cual todos creían que ella había robado. Quirón le dió la espada que estaba en su ático, Anaklusmos, y le había dicho que era un regalo de su padre. 
Así pasó su sueño, mostrándole todo lo que vivió en su primer día de misión, desde las Furias hasta Medusa.

—Yo creo que está muerta —dijo una voz, mientras ella despertaba.

Teme! ¡No digas eso! 

—Está bien —dijo otra voz, más tranquila, Percy entonces sintió como alguien comenzaba a moverla para que se despertara.

Frunció el ceño y lanzó un buen puñetazo al aire mientras abría los ojos, por lo que pudo ver como Kakashi se quitaba de la trayectoria del golpe haciendo así que Naruto fuera el que recibía el puñetazo en su rostro.

—¿Qué calamares hacen en mi casa? —preguntó ella mientras se enderezaba, para su suerte estaba usando una blusa de manga larga por lo que no creía que hubieran visto su tatuaje. 

Abismo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora