Trece.

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En la batalla final, tendría que luchar contra Dosu Kinuta, lo cuál era pan comido, ya lo había hecho una vez antes después de todo.

—Así que pasaste la segunda parte de los exámenes y los preliminares —dijo Jiraiya mientras se paseaba por su departamento un par de días después de los preliminares—, no es que esperara menos de ti después de que entrenarás conmigo.

Percy rodó los ojos.

—¿Irás a verme pelear en la tercera prueba? —le preguntó Percy mientras servía el té.

Jiraiya se quedó callado.

—Lo intentaré —dijo al final—, aunque sabes que estoy escribiendo un nuevo libro y no puedo dejar atrás mi investigación —tomó su vaso de té y se sentó frente a ella.

Ambos disfrutaron del pequeño momento de silencio y tranquilidad que podían compartir de vez en cuando.

—Hoy conocí a un chico interesante —finalmente habló Jiraiya y comenzó a contarle su día, para el momento en el que mencionó el Oiroke no jutsu, Percy ya sabía con toda certeza de quien hablaba.

—Parece que conociste a Naruto Uzumaki —dijo ella mientras se levantaba y tomaba una de las pocas fotos colgadas en la pared.

—¿Lo conoces? —preguntó Jiraiya, siguiendo sus movimientos.

Percy entonces regresó y le mostró la foto en sus manos, era la foto oficial del equipo 7.

—Somos compañeros de equipo.

Jiraiya analizó la foto que le mostró, pensando que nunca había imaginado que la pequeña semidiosa con la que se había hecho amigo fuera compañera de equipo del hijo del que considero su aprendiz.

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Percy pensaba que era una injusticia, ella era la única de su equipo que no tenía con quien entrenar. Kakashi había optado por Sasuke y Jiraiya estaba ocupado con Naruto.

Pero no se quejó demasiado, de cualquier forma, ya estaba acostumbrar a tener que entrenar sola.

Antes de irse la otra noche, Jiraiya le había dicho que perfeccionara los jutsus que le había enseñado y la azabache le había tomado la palabra pues aún no podía ejecutarlos de manera correcta.

A la mañana siguiente de la visita nocturna de Jiraiya, estaba preparando una mochila con comida pues pensaba estar todo el día entrenando.
El primer enfrentamiento lo tenía ganado pero no sabía con quien le tocaría después, podía tocarle con Sasuke o con Gaara y si no estaba preparada estaría jodida.

Entonces, alguien tocó a la ventana de su balcón, por un momento pensó que era Jiraiya pues es lo que él hacía pero no, aquellos toques habían tenido un patrón.
Cuando se acercó y retiró la cortina, no encontró a nadie del otro lado. 

Percy arqueó las cejas y estaba a punto de desestimar el asunto, hasta que un papel blanco atorado entre las ventanas llamó su atención.

Estiró la mano, y tomó el papel con cuidado de no romperlo en el proceso.

"Mucha suerte en tu entrenamiento, nos vemos en un mes", era lo que decía la pequeña nota. 

La azabache llevó el papel a su nariz y aspiró hondo por la nariz, identificando al instante el olor de la persona que había dejado la nota.

Sasuke.

Percy frunció el ceño, ¿no se suponía que tenía que seguir en el hospital?
La última vez que ella había intentado ir a visitarlo, todo el personal del hospital le habían dicho que no podía recibir visitas. 

Abismo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora