Dieciséis.

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Percy no lloró durante el funeral del Tercer Hokage, por más que lo intentó. 
No entendía porque, a pesar de sentir un vacío en su pecho, parecía imposible que una sola lágrima saliera de sus ojos.

No lloraba, pero estaba temblando, sentía sus piernas débiles y pensaba que en cualquier momento se caería al suelo.

¿Qué era eso? ¿Más sentimientos que venían de la Percy de Manhattan? 

Cuando entregó la flor blanca en sus manos, no regresó a su lugar. Se fue de ese lugar tan rápido como sus piernas lo permitieron. 
No tardó en darse cuenta de que estaba hiperventilando.

Las calles estaban vacías, sus pasos eran los únicos que escuchaba y la lluvia había parado.
Aquella tranquilidad únicamente hizo que se sintiera peor.
No había nadie a su alrededor a quién pudiera pedirle ayuda, no se había acercado a ninguno de sus amigos, porque no estaba segura de que cuando abriera la boca pudiera pronunciar palabra.

Comenzó a marearse y trató de regular su respiración pero no podía. 
Se detuvo por completo y puso sus manos en sus rodillas, cerró los ojos e intentó controlarse pero era imposible.

Al final una breve imagen pasó por su mente, haciendo que su cabeza doliera horrores y que sintiera un dolor punzante en su corazón. Eran unos ojos grises sin vida y entonces sintió una necesidad urgente de estar muerta.

El aire dejó por completo sus pulmones mientras caía al suelo de rodillas. Vio el piso acercarse pero nunca sintió el impacto, ya se había desmayado.

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Cuando despertó estaba en su departamento, en su cama.
Se enderezó y miró alrededor con confusión.

—Hasta que despiertas —dijo la voz tranquila de Kakashi, parado cerca de la puerta de su cuarto y tenía un libro en su mano—, me preocupe cuando vi que te habías ido, nunca te había visto así —cerró su libro y se acercó, sentándose en el borde de su cama.

—Hm —fue todo el sonido que salió de los labios de Percy, el mayor de verdad se había preocupado por su pequeña alumna, aún ahora estaba increíblemente pálida y sus ojos no tenían su usual brillo. 

—¿Quiénes son ellos? —le preguntó Kakashi, intentando cambiar de tema mientras le mostraba la fotografía en sus manos.

Percy se acercó un poco a ver la foto y cuando una mueca apareció en su rostro, Kakashi se arrepintió de haber preguntado. 

Era una foto de ella con Andrew y Grover después de terminar su primera misión juntos. 
Las únicas fotos que tenía afuera era en las que aparentaba 12 años pues si alguien la veía de 16 años iba a haber preguntas.

—El de la gorra de colores, mi mejor amigo —dijo Percy mientras llevaba sus piernas hasta su pecho—, y el rubio es otro amigo. 

Por la manera en la que su tono de voz había cambiado cuando había mencionado al rubio, Kakashi sospechaba que alguna debía haber alguna historia triste detrás. 

—¿Dónde están ellos? Recuerdo en tu reporte que tu único amigo cercano es Naruto —pero Kakashi tenía que preguntar, solo así podía ofrecerle su apoyo a la pequeña azabache. 

Percy se encogió de hombros, y entonces apartó la mirada de la fotografía y de su sensei, su mirada cambió y parecía estar ausente.

—Creo que el rubio está muerto —dijo la azabache en apenas un susurro, era obvio que ella quería creer que eso no era cierto.

—Ahora logró entender porque te fuiste así del funeral —dijo Kakashi mientras se ponía de pie y dejaba la fotografía donde la había encontrado.

Abismo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora