Veintisiete.

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Percy despertó por el sonido de una conversación.

—¡Sasuke-kun! Sabía que te encontraría aquí —dijo una voz de chica a unos metros de ella, su voz se escuchaba algo lejana al principio pero mientras más se despertaba, comenzaba a sonar más cerca—. Te preocupas mucho por tus compañeros, seguro eres el único de tu equipo que hace algo. 

Por el olor del lugar, supo que estaba en el hospital.

Intentó mover sus manos hacia su rostro para tallarse los ojos y así quitarse algo del sueño que tenía de encima, pero cada pequeño movimiento le dolía horrores. Sus dos brazos estaban cubiertos en vendas. Soltó un quejido por el dolor provocado al hacer esa simple acción.

—Sakura —dijo otra voz—, vete, no estoy de humor. 

Pasaron unos segundos hasta que escuchó pasos alejarse por la puerta. Intentó abrir los ojos pero la luz que entraba por la ventana la lastimó, haciendo qué soltara otro quejido.

Escuchó más pasos en la habitación y también el sonido de la cortina cerrandose.

—¿Cómo te sientes? —preguntó Sasuke mientras se acercaba a ella.

—Como si el Minotauro me hubiera pasado encima —dijo Percy, por fin abriendo los ojos y topándose con la mirada confundida de Sasuke—. Cómo si un montón de toros me hubieran pasado encima.

El Uchiha asintió y le ayudó a enderezarse, así como también le ayudó a tomar agua pues no tenía mucha fuerza en sus brazos.

—Has tenido muchas visitas —le dijo Sasuke, mirando un florero a un lado de su cama, había cuatro flores, Percy no conocía ni una aunque en la academia le habían enseñado algo de botánica como entrenamiento para ser una kunoichi.

—¿Cuál es la tuya?

Sasuke sonrió de lado.

—La blanca, Rock Lee trajo la roja, Naruto y Kakashi trajeron una azul cada uno. 

Percy sonrió mientras inspeccionaba las flores, no le gustaban mucho, pero sin duda había sido un gran detalle que sus amigos y sensei se acordarán así de ella. 

—El azul es mi color favorito —le explicó Percy a Sasuke al ver que su tono había cambiado a uno de duda cuando había dicho las últimas flores. 

El Uchiha asintió mientras apretaba los puños. 
Claro, tenía sentido. Naruto sabía todo sobre Percy por el tiempo que se habían conocido, ya se lo había dicho él mismo. 
Seguro que incluso sabía quién era ese tal Andrew, pero no había querido contestar su pregunta porque quería que la amistad entre Sasuke y Percy no avanzara más. 

—No pude hacer nada para protegerte —dijo entonces Sasuke después de un rato de silencio, Percy escuchó la amargura en su tono de voz. Los puños del chico estaban fuertemente apretados—. Fue por mi ineptitud que tú terminaste así.

Percy abrió la boca y estaba a punto de hablar cuando alguien entró por la puerta.

—Veo que por fin estás despierta —dijo una voz acercándose a su camilla—. Que bueno porque tengo que hablar contigo.

Sasuke se levantó de su lugar y caminó hasta la puerta no sin antes hacer una pequeña inclinación ante la Hokage.

Tsunade comenzó a revisar sus brazos con movimientos profesionales, para después acariciar su cabello.

—Vamos, vístete, te estaré esperando afuera.

Dicho eso, la Quinta Hokage salió de la habitación.

Percy se puso de pie, poco a poco sentía como su cuerpo volvía a responder con normalidad. Después iría a tomar algo de néctar del que tenía en su departamento.

Se metió al baño y comenzó a cambiarse tan rápido como pudo, que no fue tan rápido pues sus brazos no le dejaban moverse con total libertad.
Al salir, se acercó directamente a la puerta de la habitación y salió del lugar. 

En el pasillo, se encontró con Sasuke. 

—Nos vemos después —le dijo ella mientras sonreía a medias. Si por ella fuera no se iría de su lado, la expresión de Sasuke era sombría, era una que ya había visto dos veces antes. 

Fue una sensación de déjà vu arrasadora.
Conocía la expresión en el rostro de Sasuke, la había visto en Nico di Angelo y en Luke Castellan.

Era odio, desesperación, rencor y ella esperaba que pudiera hablar con Sasuke antes de que algo malo pasara.

Salió del hospital y caminó a un lado de Tsunade, hacia la Mansión Hokage. En el camino iba moviendo sus dedos, probando sus articulaciones. Todo parecía estar bien.

—Estabas bastante mal cuando te trajeron —habló Tsunade—. Pero recordé que el agua puede curarte así que les dije a unas enfermeras que te pusieran en una tina con agua durante unas horas, después de eso te tratamos normalmente.

Percy bostezó.

—No moriré tan fácil si es lo que está pensando —le dijo Percy—. ¿Qué es lo que quiere hablar conmigo?

—Son varias cosas —dijo Tsunade sin dejar de caminar—. Hay una en específico que hablaremos en la oficina. Mientras tanto te puedo decir que la cirugía de Rock Lee será está tarde.

Percy casi se atragantó con su saliva pero volvió a controlarse.

—Está bien, estaré lista —dijo ella, aunque le molestó el hecho de no hablar con Sasuke tan pronto como quería—. ¿Alguna otra cosa que me vaya a decir que no necesite que estemos en su oficina?

Tsunade negó con la cabeza por lo que Percy se mantuvo callada.

—Percy, ¿cuál es tu sueño? —le preguntó Tsunade mientras entraban a la Mansión Hokage.

La semidiosa se sintió como el día en que tuvo que presentarse frente a Kakashi y el resto del equipo 7.
En ese momento, había dicho que no sabía cuál era su sueño y había pensado únicamente en querer descubrir que pasó con la Percy de Manhattan. Ahora no estaba tan segura de querer saber, mientras que si tenía sueños con buenos recuerdos, no le gustaban las emociones negativas que la otra Percy traía con ella.

—Le prometí a Naruto ser una gran kunoichi para poder estar a su lado al momento que se convierta en Hokage —fue la respuesta de Percy después de pensarlo un momento—. Mi sueño es cumplir esa promesa.

Tsunade no dijo nada, únicamente asintió.

Al llegar a la oficina del Hokage, Percy rápidamente se dió cuenta de que no iban a estar solas.
Shizune estaba ahí, junto con Tonton aunque eso no fue una sorpresa.
Además, había tres personas que Percy pudo reconocer, eran Anko, Ibiki y Genma, los censores de los exámenes chūnin.

—Perceia Jackson —dijo Tsunade usando su nombre completo mientras tomaba asiento. Percy se paro firme, no tenía idea de que estaba pasando—. Tu desempeño durante los exámenes chūnin fue de los mejores, lograste completar el examen escrito y pasaste la primera prueba; tu equipo completó la segunda prueba en dos días, fueron el segundo equipo en llegar a la torre; también durante los preliminares lograste sorprender incluso al Tercer Hokage por tus habilidades, al igual que en la tercera prueba —dijo Tsunade enlistando sus éxitos, Percy boqueó. ¿Eh?—. Según Kakashi sabes trabajar en equipo y eres una líder nata. Por estas razones, te ofrezco el rango de chūnin.

Dicho eso, le ofreció el chaleco característico de los chūnin.

—¿A mí? —soltó Percy, en algo parecido a un chillido, ganándose las risitas de Anko. Tsunade asintió—. ¿Está segura?

Tsunade rodó los ojos.

—Muy segura, se supone que no debería de estar diciendo esto pero también lograste sorprenderme a mi cuando nos conocimos —le dijo la rubia, refiriéndose al combate que tuvo con Kabuto y al pequeño enfrentamiento que Naruto y ella habían tenido contra la ahora Hokage—. Ahora acércate, toma esto y dame las gracias.

Percy se acercó, casi con miedo de que de repente alguien saltará y le dijera "¡Es broma! ¡No puedes ser un chūnin todavía!" y comenzaran a reírse en su cara.
Tomó el chaleco de las manos de Tsunade con duda, pero la Hokage le dió una sonrisa que pudo tranquilizar a Percy y la libró de sus dudas.

—Gracias —dijo Percy mientras hacía una reverencia ante la Hokage.

Abismo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora