Capítulo 1

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Era un día más como todos los demás. Las mismas personas mediocres, los mismos ambientes aburridos, la misma rutina de siempre. Como de costumbre, el profesor mal arreglado de geografía pasaba cinco páginas de la materia, y ay de quien no traía el deber hecho al día siguiente. La materia que más detestaba era geografía. Y cuando pensaba que nada podría hacerla más detestable todavía, veía venir al ser repugnante con su calva pulida y sus pantalones en el ombligo. En resumen, yo realmente odiaba al Sr. Reid.

La señal molesta del timbre tocó, anunciando el inicio de otra clase de biología, y la penúltima clase del día. Por lo menos la Srta. Pimentel no sufría de falta de sexo como el señor. Reid. No parecía ni debía sufrir, con esos senos grandes, aquella sonrisa experimentada y siempre relajada, como si nada pudiera quitar aquella tranquilidad de ella. Con aquel corte de pelo que le daba un aire de 20 cuando en realidad era diez años mayor. Una cara hermosa que arrancó suspiros a su paso, y una voz segura que mantenía la atención de todos los estudiantes y les hizo entender la más compleja materia del mundo en un segundo. Estos fueron los últimos detalles que faltan para que sea la maestra perfecta.

Para mí, ella era una gran educadora. Se desenvolvía al hablar, paciente y muy bien informada sobre todo, sabía cómo eliminar todas las posibles dudas de sus alumnos con una sonrisa en la cara y palabras simples. Mi habilidad en biología me daba tiempo de sobra para analizar su manera de hablar, de andar, de gesticular y de actuar, en vez de prestar atención a la materia. Lo que me encanta hacer, incluso sin querer. Como ahora.

- Buenos días, profesora - escuche la voz del retrasado de Lucho gemir, así que pude ver la cabellera de la Srta. Pimentel entrar en la clase. Eso fue como "hola soy Puto y quiero comerte en la sala de profesores'', mientras masticaba el chicle de esa manera vulgar como la mayoría de la gente común de esta estúpida escuela hace. 

- ¿Usted sabía, Sr. Lucho, que una persona que masca chicle con la boca abierta traga mucho más bacterias que una persona que masca chicle de boca cerrada? - Esmeralda Pimentel, mi profesora de biología habló, mientras colocaba sus libros sobre su gran mesa - Además de ser algo extremadamente desagradable de ver.

Contuve una carcajada, mientras prácticamente me comía a aquella mujer con los ojos. Adoraba la manera en que ella simplemente dejaba a aquel baboso de Lucho en el suelo sin rebajar a su nivel. Y por increíble que parezca, él continuaba con su misma manera fútil, masticando furiosamente su chicle de fresa, mientras su amigo hacía cara de sorprendido. Sólo no me divertí con la cara de azulejo de él al ser consolado por su amigo porque había algo mucho mejor para ser observado en aquella sala. Algo que tenía nombre, apellido, y una sonrisa sorprendente.

Ya sé, deben de estar pensando que soy la mayor pervertida de la faz de la Tierra. Pero solo diré que mi profesora de biología es la mujer más bella que he visto en mi vida. Tener que aguantar 50 minutos semanales con una mujer de esas sin tener pensamientos como los míos era imposible, era imposible para mí. Yo sabía que estaba mal, que jamás podría llamar la atención de una mujer como la profesora Pimentel, pero me esforzaba por ser su mejor alumna. Y por supuesto que pude. 

- ¿Dónde quedamos la vez pasada, Valdés? - escuche su voz firme preguntar mientras se acercaba a mi puesto con una sonrisa animada, apoyando una de las manos en el respaldo de la silla que estaba delante de mí y se inclinaba para leer mis anotaciones.

- En la última clase empezó la explicación sobre genética - respondí, inhalando aquel perfume de mujer que yo amaba sentir cada vez que ella estaba cerca. Siempre me han dicho que esas mujeres ligadas a la naturaleza tienen tendencias hippies, es decir, no se bañan y por lo tanto apestan. Esmeralda Pimentel era la prueba viva de que aquello era puro mito. O bien, era una hermosa excepción. 

MY BIOLOGY 1 Y 2 (Adaptación Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora