Capítulo 10

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Un dolor punzante dominó mi cabeza por completo cuando mi cerebro finalmente se dio cuenta de que mis ojos estaban abiertos. Volví a cerrarlos con fuerza, intentando hacer que ese dolor pasara o al menos disminuyese, pero parecía que sólo algunas píldoras y el tiempo la harían retroceder hasta desaparecer completamente. Maldito tequila.

Me senté en la cama, con una mano en el lado izquierdo de la cabeza, sintiendo mis cabellos levemente húmedos, y abrí el ojo derecho para localizarme. Definitivamente nunca he estado en este lugar antes, nunca había visto esas paredes y muebles blancos, mucho menos un cuarto tan grande como el que estaba ahora. Aquel cómodo lugar solo equivalía a la mitad de mi casa, y por el extenso pasillo que la puerta abierta revelaba, el resto del apartamento era aún mayor.

Y fue sólo entonces que vi a la persona que me había saludado cuando me desperté. A pesar de estar sentada en la punta de la cama gigante y justa en medio de mi campo de visión, tardé unos segundos para verla, y algunos más para finalmente reconocerla. Los mismos ojos que ayer me mostraban seguridad, hoy parecían cansados, somnolientos, y con leves ojeras de quien había pasado casi toda la noche despierta.

Abrí el otro ojo, ya más acostumbrada a la claridad, y la mire, tratando de organizar mi mente. ¿Qué estaba haciendo en este lugar extraño? ¿Por qué ella estaba aquí?

- Pensé que no despertarías nunca. - Valentina murmuró con la voz reservada, parpadeando lentamente y desviando su mirada del mío.

- ¿Qué lugar es este? - pregunté con el ceño fruncido, sintiendo mi voz fallar en algunas sílabas. -Dijiste que me ibas a llevar a mi casa.

- Y lo iba a hacer. - ella confirmó, mientras miraba hacia la ventana, y una leve sonrisa divertida surgió en sus labios. - Pero te quedaste dormida antes de decirme la dirección.

Me acordé rápidamente de algunos momentos de la noche anterior. La fiesta de Lucho, las dosis de tequila, la brutalidad de Austin, la conversación con Valentina en el carro... Todo parecía tan vago, tan distante, como si hubiera sido sólo un sueño muy real, que me sentía extraña por haber pasado por aquellos momentos de verdad.

- Entonces, ¿por qué no me despertaste? - pregunté, con la ceño levemente fruncida en un tono defensivo. - ¿Por qué me dejaste dormir? ¿Y qué lugar es este después de todo?

- ¿Siempre te despiertas haciendo preguntas? -Murmuró, cerrando pesadamente los ojos y manteniendo una pequeña sonrisa en la cara. Ella podría encontrarlo gracioso, pero a mí no.

- No, porque no acostumbro a despertar en un lugar totalmente extraño con una persona extraña observándome. - respondí, irritada, y ella volvió a mirarme, de nuevo de esa manera firme a pesar del cansancio aparente.

- Ayer te acabaste durmiendo en el coche, y no pude despertarte de ninguna manera... Y créeme, he intentado de todas las maneras que conozco. - Valentina respondió, con un poco de coquetería en la voz. - Como no sabía tu dirección, decidí traerte a mi casa, pero mejor te hubiera dejado en la calle.

Mis ojos pasaron rápidamente por la habitación, analizando de nuevo todos los detalles e ignorando su brutalidad. Entonces aquel era su apartamento. Miré hacia abajo, y me vi enroscada en una sábana, con ropas diferentes de las que yo vestía ayer. Cuando finalmente me di cuenta, solté un grito horrorizado y me tapo con las sabanas, cubriéndome hasta el cuello.

Estaba en ropa interior. En la casa de la profesora Carvajal.

- ¿QUE ES ESTO? - grité, en pánico, y vi que Valentina estaba con los ojos abiertos y un poco encogida del susto. - ¿POR QUÉ NO ESTOY VESTIDA?

MY BIOLOGY 1 Y 2 (Adaptación Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora