Capítulo 34

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Respire profundamente por enésima vez, cerrando mis ojos por unos segundos. A pesar de la leve brisa que entraba por la ventana mientras Valentina giraba en la calle de Esmeralda, me sentía un tanto sofocada dentro de su Porsche, y ella obviamente estaba notando eso. Sólo no estaba siendo bombardeada con palabras de confort o algo parecido porque ella estaba aún más nerviosa para siquiera abrir la boca.

- Voy contigo. - dijo en un tono autoritario, mientras que aparecía delante del edificio. Rodé los ojos. Era la quinta vez que tendría que explicarle por qué eso simplemente no podría suceder.

- Entiendo que estás preocupada, pero... Ni pensarlo. -Le dije, con la voz tranquila, y la vi bufar en desaprobación. - La única cosa que va a suceder si vas conmigo es una pelea. Y no fue para eso que vine.

- Que pena. - Valentina sonrió, cínica, y le lancé una mirada de reproche. - Lo siento, sabes que no sé ser diplomática.

- Y así como yo, sabes que un puño en el fondo de su garganta no va a resolver nuestro problema. - recordé, cerrando mis ojos y viéndola finalmente mirarme después de apagar el coche. - Por eso, te quedas aquí abajo.

Valentina sostuvo mi mirada por unos segundos, y luego desvió el suyo, demostrando su descontento con ésta situación. Agarró mi mano, apretando mis dedos con cierta fuerza, y suspiré, con el corazón un tanto acelerado. Mi Dios, me estaba dejando más nerviosa con toda ésta agonía.

- Ten mucho cuidado, ¿de acuerdo? -Murmuró, gruñó, mirando nuestras manos con seriedad. - Y no tardes, sino yo...

- Carvajal, basta. - la interrumpí, viéndola volver a mirarme con los ojos sorprendidos y frunciendo levemente el ceño, cada segundo más inquieta. - Has repetido este discurso por lo menos unas cinco veces. Va a estar todo bien, piensa positivo junto conmigo, ¿puede ser?

Valentina suspiró profundamente, y puse mi otra mano sobre la suya, bajando mi mirada hacia ellas. Por un instante, la pequeña cicatriz que había dejado en su brazo hace unos meses me llevó la atención. Ya habíamos pasado por tantas cosas... Nunca pensé que viviría un momento como éste.

- Lo siento, sé que estoy siendo aburrida... Pero es que no me gusta nada. - Valentina suspiró, y llevé una de mis manos hasta su hombro, masajeando y sintiendo sus músculos rígidos ahí. - Y no estoy teniendo ningún éxito en tratar de disimularlo.

- Confía en mí. - le pedí, mirándola con una convicción que yo fingía tener. - Va a estar todo bien.

Me miró por unos segundos, en duda, pero luego asintió, aunque en contra de su voluntad. Sabía que no iba a intentar convencerme de volver a casa sin hablar con Esmeralda. Acaricié levemente su cara, sonriéndole, y dejé que ella se acercara lo suficiente para tocar mis labios con los suyos.

- Está bien, te dejo ir ahora... Pero ve pronto, antes de que me arrepienta. - Valentina susurró después de unos minutos, alejando su rostro del mío con la expresión extremadamente contenida a punto de parecer vacía a los ojos de alguien menos íntimo. - Y vuelve pronto.

- Volveré. - dije, abriendo la puerta y saliendo del auto. - Quédate tranquila, profesora.

- Imposible. - negó, apoyando la frente en el volante, y respiré profundamente antes de caminar hasta la puerta del edificio.

- La Srta. Pimentel ya la está esperando. - Andy dijo, con su típica voz cordial, tan pronto como llegué a la portería. Tragué en seco, sabiendo que ésta era la última vez que entraría en éste edificio, si todo fluía de acuerdo con mis planes. Disimulé el torbellino de pensamientos que colisionaban dentro de mi cabeza y asentí con una sonrisita tensa, dirigiéndome a la escalera. Subí los escalones despacio, intentando imaginarme cómo actuaría ella (y yo también) cuando llegase a mi destino, y sólo cuando paré a la puerta de su apartamento fue que todas las especulaciones en fin desaparecieron de mi mente, dando total lugar a la inseguridad.

MY BIOLOGY 1 Y 2 (Adaptación Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora