Capítulo 5

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Abro mis ojos, sin recordar por qué ya estaba sonriendo. Pestañe algunas veces, tratando de enfocar mi visión, y suspiré perezosamente. Un buen perfume llenó mis pulmones, haciéndome ensanchar la sonrisa. Mi mano estaba al lado de mi cara, extendida sobre su pecho, que subía y bajaba tranquilamente de acuerdo con su respiración. Su olor estaba por todas partes, me entorpece, y su brazo envolvía mis hombros, impidiéndome moverme.

Miré hacia arriba y vi que Esmeralda aún dormía como un bebé, incluso después de unas dos horas de sueño. Sonriendo como una retardada, apenas me quedé observándola dormir, haciendo cariño despacio en su pecho y recordando todo lo que habíamos hecho antes de dormirnos.

- ¿Por cuánto tiempo más vas a estar mirándome? - escuché su voz decir bajito, haciéndome sonrojar leve. Esmeralda abrió los ojos y me miró, con una sonrisa desconfiada en la cara.

- No sé, tal vez hasta que te despiertes y me hagas esa pregunta. -respondí, haciendo su sonrisa aumentar. Sin decir nada, Esmeralda me besó delicadamente, y se volvió de lado, dejándonos de frente una contra la otra en la cama.

- Para tu información, yo ya estaba despierta. -murmuró, deslizando su mano por mi cintura despacio. - Tú te quedaste dormida como una piedra sobre mí hasta no hace mucho.

- Lo siento, la institución de enseñanza donde trabajas y yo estudio me hacen despertar a las 6 de la mañana todos los santos días. - dije, fingiendo estar ofendida, y haciéndola reír.

- Diablos, pero que chica más enojona me tocó. -me dijo, tirándome más cerca de ella.

- Lo soy. - confirmé, haciendo cara de irritada y apoyándome en un codo. - Si no te gusta, me voy ahora mismo y no te molesto más.

- ¡Mira, además de enojona es independiente! - Esmeralda rio, sosteniéndome con más firmeza por la cadera como si quisiera perderme allí. - Quiero verte con ese coraje para levantarte de aquí.

Cuando fui a abrir mi boca para protestar, ella me calló con un beso intenso y su mano subió de mi cadera a mi cara, mientras la otra me abrazó por la cintura. Obviamente todo lo que pensé en decir desapareció de mi memoria tan pronto como nuestras lenguas comenzaron a jugar una con la otra, en una mezcla de provocación y tranquilidad. Pude sentir a Esmeralda sonreír durante el beso, victoriosa por haber conseguido callarme, y no conseguí no sonreír junto a ella.

- ¿Todavía estás enojada? -murmuró, aún sonriente, cuando corto el beso.

- Idiota. -murmuré, cerrando los ojos en señal de derrota y vergüenza. Esmeralda rio bajito y me dio un beso largo, echando su cabeza muy cerca de la mía y haciendo que las puntas de nuestras narices se tocasen.

- Eres demasiado linda cuando te sonrojas, ¿lo sabias? -me dijo, abrazándome suavemente. - Más de lo que ya eres.

- ¿Te has visto siquiera? - dije bajito, con una sonrisa derretida mientras acariciaba su cara, dibujando sus rasgos y haciéndola cerrar los ojos algunas veces. - No hay nada en ti que no me guste, nada que te estropee. Eres simplemente perfecta, no tienes ni idea. Esa carita de bebé, esa hermosa sonrisa, su cuerpo, tu manera de ser... Todo.

Esmeralda, que estaba con los ojos cerrados cuando empecé a hablar, los abrió y me miró fijamente, oyendo con atención todo lo que decía y ensanchando su sonrisa a cada palabra.

- Increíble como una chica de 17 años puede decir cosas que una mujer de 30 no tendría sensibilidad ni para soñar en decir. - ella sonrió con los ojos brillando, acariciando con cariño mi mejilla con el pulgar. - Y que sólo te dejan más hermosa a mis ojos.

MY BIOLOGY 1 Y 2 (Adaptación Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora