Capítulo 22

2.3K 177 6
                                    

- ¿Qué crees?

- Hm... Prefiero el púrpura.

- Yo también, pero creo que este realza más mis pechos... ¿O no?

- ¿Sólo porque el escote es mayor? ¡Qué poca vergüenza!

Deborah y yo estábamos en una tienda de vestidos, en pleno martes por la tarde, para elegir un modelo para el baile del sábado. Así es, un vestido, de Deborah, porque yo estaba dispuesta a cumplir con la tarea de pasar la noche de comer chocolate y ver cualquier película que estaba en la televisión (y, preferiblemente, tenía varias mujeres y algunos gatos rubios). No quería tener que ver más escenas pornográficas entre Lucho y Valentina, y aunque Esmeralda estuviera bien para ir, preferiría quedarme con ella en su casa o algo así. Cualquier plan que involucraría distancia de aquel colegio me agradaría, y sinceramente, quedarse lejos de aquel baile no era pedir demasiado.

- Está bien, me decidí. - Deborah suspiró, tirando el vestido rojo que acababa de ponerse encima mío, uniéndolo a los otros cincuenta que se había probado y desaprobándolo enseguida. - Voy a quedarme con el púrpura. Es el más barato y el más hermoso.

- Me encanta cuando tienes estas crisis súbitas de inteligencia. - sonreí, sarcástica, tomando el vestido que había caído sobre mi cabeza y colocándolo sobre la pila de vestidos rechazados en mi regazo. - Me hace creer que realmente hay algo dentro de tu cráneo, por más inactiva que sea.

- ¿Qué tal llevar esos vestidos a donde estaban antes de que mi rodilla vaya a parar en el fondo de tu garganta? - respondió, cínica, e incluso estando de ropa interior, realmente me amedrentó.

- Creo que te voy a esperar allá afuera. - murmuré encogida, cargando los vestidos rechazados y dejando el cubículo. Puse las piezas sobre el mostrador de la tienda con una sonrisita sin gracia para la vendedora, y luego me regocijé del probador, a tiempo de escuchar la voz sofocada de Deborah.

- Todavía no me cuentas lo tan serio que pasó este fin de semana ... Probablemente estabas esperando que me olvidara de eso, todavía conozco tus técnicas fallidas para huir de mí.

Casi me atragante con mi propia saliva con la indirecta más que directa e inesperada, aún más siendo tan cruelmente arrancada del mundo de fantasía en el que me había forzado a sumergirse en las últimas 24 horas. No pensar en Valentina (sola o con Lucho) exigía un buen esfuerzo de mi mente, y ser forzada a recordar los acontecimientos como el fin de semana me desestabilizó.

- No tengo idea de lo que estás hablando. - respondí, tratando de parecer lo más indiferente posible. No aguantaría por mucho tiempo, pero necesitaba intentar engañarla, si no quería compartir los acontecimientos en la casa de playa. Ellos ya eran perturbadores lo suficiente para mí, y mira que eso ya era demasiada perturbación, créeme.

- Ah, sí. -Murmuró, y por el tono de su voz, supe que sus ojos estaban cerrados en señal de escepticismo. - Y yo soy la reina de Inglaterra.

Tragué en seco, sin saber qué responder, y empecé a mirar mis uñas y el enorme estrago que aquel fin de semana había provocado en ellas.

- Bueno, tú sabe si me vas a hablar el asunto ahora o después. - su voz volvió a resonar unos segundos después, cuando Deborah salió del probador ya con sus ropas en su debido lugar. - Y tengo toda la vida para esperar.

Bufe, rodando los ojos y caminando con ella hasta el balcón en silencio. Ella pagó el vestido y rápidamente salimos de la tienda, llegando al pasillo vacío de las compras, debido al poco movimiento a los martes.

MY BIOLOGY 1 Y 2 (Adaptación Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora