- ¡Eh, despierta!
Salté del susto, abriendo los ojos despacio y me encontré con Deborah de pie delante de mí, pinchándome y riendo. Yo estaba sentada en el mismo lugar donde solemos esperar que el timbre tocara y el período de clases comenzara, pero este día milagrosamente había llegado más temprano que ella.
- Hola - suspiré, toda encogida y abrazada a mis piernas, sintiendo mi garganta arañando y haciendo que mi saludo no pasara de un susurro agotado. Mi voz solía ser una mierda por la mañana.
- Por lo visto, tu madre ha sido cada vez más puntual, ha logrado hacerte llegar antes que yo. - ella comentó, pareciendo de buen humor como siempre, pero luego frunció el ceño, contagiada por mi expresión cansada. - ¿Qué paso, no dormiste bien anoche?
Me estremecí, aún somnolienta, al recordar la noche anterior. El día antes había sido horrible. Todo aquel... Accidente en el laboratorio se repetía como una película en mi cabeza, un disco rayado. No pasó de un desliz, una falla, cosa de momento, de eso yo tenía certeza absoluta. Y no sucedería de nuevo. Nunca. Esmeralda no merecía eso, mucho menos con la idiota de Valentina.
- Creo que he sido contaminada por un zombi, no sé. - murmuré desanimadamente, apoyando mi barbilla en las rodillas y observando vagamente el patio vacío. - No puedo dormir bien ahora.
Deborah soltó una risa divertida, que ignoré. Mi humor no estaba lo suficientemente suave para esbozar cualquier tipo de alegría. Algunos minutos de silencio después, en los que yo no pude dejar de sentirme mal por ser involuntariamente grosera con Deborah, oí voces femeninas venidas de la entrada de la escuela, y no necesitaba mirar para saber a quién pertenecían. En las formas humanas de mi mejor sueño y mi peor pesadilla, claro.
- Buenos días niñas. - Esmeralda sonrió al pasar por delante de nosotras, pareciendo bastante animada, lo que hizo que mi estómago reviviera. Nadie parecía notar el incómodo dolor que se había alojado dentro de mí y parecía no querer dejarme.
Por lo menos no he tenido que mirar los ojos extremadamente culposos de Valentina cuando sonríe débilmente a Esmeralda, porque aun estando al lado su amiga, pareció no querer mirarme también. Desvió su atención hacia algo en sus zapatos, que a juzgar por la inexpresividad en su rostro, debían de ser bastantes aburridos. Agradezco mentalmente por no notar ninguna señal de que le había contado algo a Esmeralda, y por parecer estar de acuerdo en que telepáticamente con mi plan de ignorar a la otra. Bueno, no costaba nada intentar mantener mi cuerpo insanamente deseoso del de ella lejos del laboratorio.
***
El día pasó perezosamente, fermentando mis pensamientos con la falta de concentración. Cada vez que parpadeaba, la imagen de los ojos azules de Valentina venía a mi mente, penetrantes como dagas. En varias ocasiones, sentí recordar aquella sensación adictiva de las manos de ella paseando por mi cuerpo, firmes y determinadas, los labios de ella hechizándome, su respiración entrecortada golpeando rudamente en mi rostro y provocándome aún más. Y cuando me daba cuenta de que algunos minutos de clase se habían pasado sin que yo prestase atención, mi corazón desenfrenado intentado calmarme. Definitivamente, sólo podía estar enloqueciendo.
En el intervalo, Esmeralda no dio señal de vida. Como ningún otro profesor apareció (para mi alegría, ya que había una en especial que yo adoraría evitar) y la puerta de la sala de los profesores se mantuvo cerrada, deduje que estaban en alguna especie de reunión. No estaba dando para reclamar mucho de mi suerte, al menos, ya que todas las actitudes de las personas a mi alrededor parecían conspirar a mi favor. Deborah tuvo una crisis fuerte de cólicos y se fue en la segunda clase, así que no necesitaba fingir que estaba razonablemente bien y hablar de cualquier tipo de asunto con ella. Nada contra mi mejor amiga, yo la adoraba, pero en días sombríos como aquel, yo prefería quedarme aislada de todo y de todos.
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MY BIOLOGY 1 Y 2 (Adaptación Juliantina)
Teen Fiction¿Qué haces cuando te vez envuelta con tu profesora de biología, pero te sientes terriblemente atraída por tu insoportable profesora de laboratorio?. Juliana no esperaba los cambios de su último año en el colegio y ni que sus pensamientos serían tom...