Respira.
Mantén la calma.
Piensa.
Todo va a funcionar.
Ahora... Es hora de reaccionar.
Volvía a fijar mis ojos en la directora, y entré a la sala, cerrando la puerta detrás de mí. Caminé rápidamente hasta la silla vacía, que gracias a Dios, quedaba en la punta, al lado de la de Valentina. Por lo menos no tendría que estar cerca de Esmeralda, mucho menos de Lucho.
- Imagino que ya saben de saber por qué estamos aquí, ¿verdad? - la directora Claudia Martín dijo, mirándome y a Valentina, que asintió. - No debe de ser ninguna sorpresa para las dos el hecho de que la profesora Pimentel hizo algunas acusaciones al respecto, entonces.
Tragué en seco, viéndola mirarnos incisivamente. Un silencio tenso cayó sobre nosotras, hasta que Valentina lo rompió.
-Entonces, me gustaría escuchar lo que la profesora Pimentel tiene que decirnos. - habló, extremadamente seria, y ella alzó una ceja, como si creyera su petición una pérdida de tiempo. - Recibir un castigo sin escuchar las acusaciones sería lo mismo que firmar un contrato sin leerlo.
Después de algunos segundos de reflexión, la directora pareció convencerse.
- Por favor, profesora Pimentel, repita lo que me dijo hace poco. - dijo, volviendo su mirada a Esmeralda, así como todos nosotros. Ella me lanzó una rápida mirada antes de empezar a hablar, y me sentía extrañamente mareada.
Quizá previendo lo que vendría.
- Me han amenazado.
Fruncí el ceño, sin recordarme el momento en que tal hecho había ocurrido. Tal vez porque no ha sucedido.
- Ella siempre tuvo esta obsesión por mí, desde que empecé a dar clases para su clase. - Esmeralda prosiguió, y sentí que necesitaría mucho esfuerzo para que mi desayuno, aun siendo digerido en mi estómago, no fuera a parar a la mesa de la directora. - Siempre he intentado evitar cualquier tipo de acercamiento innecesario, hasta el día en que ella se cansó de mi comportamiento profesional y amenazó con acusarme de abuso sexual si no aceptaba una relación íntima.
Mi cara estaba congelada en una expresión incrédula, ultrajada y revuelta. Sólo podía estar delirando... No había otra explicación plausible.
- Necesito el empleo, no tengo la vida ganada. - continuó, con la expresión inocente, y mis manos se cerraron en puños alrededor de los apoyos laterales de la silla. - Por eso, temiendo que realmente me denunciara, acepté su condición, pero siempre pensando en una forma de hacerla volver atrás y retirar su amenaza. Afortunadamente, después de algún tiempo, convencida de que jamás podría corresponder a sus sentimientos, me liberó de su chantaje. Desafortunadamente, sin embargo, su enfoque se desvió hacia otra profesora.
- En este caso, la profesora Carvajal. - la directora dijo, y Esmeralda asintió. Mi mirada estaba inconscientemente clavada en ella durante todo su falso testimonio, y no me sorprendería ni un poco si ella y Lucho comenzaran a prender fuego a algunos segundos debido a mi odio. Miré rápidamente a Valentina, viéndola mirar la mesa con el rostro exento de expresión.
Ella ya esperaba trucos baratos como esto. Yo también. Pero no tan baratos como simplemente tirar toda la culpa hacia mí. Y además, traer a Lucho, cuya presencia todavía no entendía.
- No fue muy difícil para ella hacerla corresponder a sus sentimientos, ya que su histórico entre las alumnas del colegio siempre ha sido bastante comentado. - escuché a Esmeralda hablar, y decidí adoptar la táctica de Valentina y no mirara nadie más; mantuve mis ojos bajos y la mandíbula cerrada, rechazándome a ver este momento deplorable. - Y honestamente, directora, no creo que sea este el tipo de profesional que una institución de enseñanza tan renombrada quiera tener en su cuerpo docente. Además del hecho de que la Srta. Valdés claramente necesita soporte psiquiátrico, después de todo, nadie en su perfecto estado mental haría lo que ella hizo.
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MY BIOLOGY 1 Y 2 (Adaptación Juliantina)
Novela Juvenil¿Qué haces cuando te vez envuelta con tu profesora de biología, pero te sientes terriblemente atraída por tu insoportable profesora de laboratorio?. Juliana no esperaba los cambios de su último año en el colegio y ni que sus pensamientos serían tom...