Capítulo 14

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- ¿Mamá?

- Hola, cariño... ¿Por qué me llamas a esta hora? ¿Sucedió algo?

- Es que... No me siento muy bien.

Era la excusa perfecta, al menos para mí lo era. Mi estómago se revolvía con cada persona que entraba en mi campo de visión, en una señal física de pánico. No estaba en condiciones de quedarme en la escuela por un minuto más, por eso estaba fingiendo un malestar tremendo. La palidez y el sudor frío, junto con las ojeras de apenas haber dormido la noche anterior sirvieron para patentar aún más mi estado horroroso. Mientras hablaba con mamá con el teléfono de la secretaría, la muchacha responsable de los documentos de la escuela me miraba con aflicción, como si yo estuviera a punto de vomitarle encima. Lo que no estaba tan lejos de la realidad, ya que podía jurar que estaba medio verde.

- ¿Qué tienes? - mamá preguntó, preocupada por mi voz ronca, y traté de no gritarle para que dejara de hacer preguntas y simplemente viniera a buscarme.

- No sé, estoy media desorientada y mareada... Ven a buscarme. - fue todo lo que conseguí responder, y de repente, vi algo color vino parado a mi lado en el mostrador de la secretaría, colocando una carpeta llena de papeles encima de él sin la menor delicadeza.

- Esto es todo por hoy, Lizzie. - ella sonrió, un poco cansada, a la muchacha delante de nosotras, y arregló su bolsa sobre un hombro, dando media vuelta y pasando detrás de mí hacia la puerta de salida. Pude jurar que tomó el doble de tiempo necesario para hacer eso, ya que su perfume inundo el ambiente, dejándome aún más tonta.

- ¿Juliana? ¿Me oyes? - mamá dijo, como si no fuese la primera vez que lo preguntase, y descubrí que sus palabras fueron sólo ruidos mientras Valentina estaba cerca. Mirar más de una cosa no estaba siendo fácil para mí hoy.

- Lo siento, mamá, ¿qué decías? - pregunté, frotándome la frente enérgicamente con la mano libre.

- Dije que no puedo ir por ti ahora, estoy en la sala de espera para hacerme un examen. - ella repitió, pausadamente. - Si prefieres esperar, dentro de más o menos una hora yo estoy ahí, pero si quieres irte, toma un taxi y llámame cuando llegues. ¿Tienes el dinero que te di en casos de emergencia?

- Si, te llamo. - respondí, cortado sin esperar una respuesta, y sonreí débil para la tal Lizzie, que devolvió mi sonrisa con alivio mientras cogía la carpeta que Carvajal había dejado con ella. Dejé la secretaria a toda prisa y sólo paré cuando llegué a la calzada frente al colegio. Miré alrededor, pensando en la manera más fácil y rápida de encontrar un taxi, y vi a alguien pararse a mi lado.

- Lindo día, ¿no? - la voz de Valentina murmuró, haciéndome casi saltar del susto con su presencia repentina. No sé si ya lo he dicho antes, pero me odio. No hay nadie que odio más en este mundo que sea yo misma, ni siquiera la fuerte competencia que llego cerca mi hizo cambiar mi opinión.

Ignoré su comentario sobre el cielo gris y cargado, y respiré profundamente, intentando calmar el temblor de mis piernas para poder irme de allí pronto. No hace falta decir que volvió a hablar, ¿verdad?

- Días así me recuerdan a... - ella suspiró en un falso tono romántico, y fingí que no estaba oyendo el grito de incomodidad dentro de mí. - Sombrío, oscuridad llenos de tempestades... Para que después de lugar al sol más caliente que existe.

Cierro los ojos, empezando a moverme por la provocación descarada. La metáfora estaba clarísima, y no estaba consiguiendo respirar correctamente. Concentrada en normalizar mis latidos cardíacos, finalmente tomé el valor de hablar.

MY BIOLOGY 1 Y 2 (Adaptación Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora