Capítulo 29

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Sus palabras en un tono tan grave, me hicieron estremecerme. ¿Entonces ya imaginaba que la buscaría? ¿Quizás por esto prefirió quedarse en el apartamento a ir con Esmeralda y las otras al salón de juegos? Miles de preguntas colisionaban en mi mente, unidas a la enorme tensión y ansiedad que aturdía mis sentidos. Tragué en seco, buscando las palabras y la voz para responderle, y después de unos segundos, que me parecieron horas, conseguí calmarme un poco.

- ¿Estoy muy predecible? -Pregunté, y agradecí fervientemente mis cuerdas vocales por no permitir que mi voz fallara o pareciera tembloroso.

Juliana soltó una risa mórbida, aún sin mirarme, y mantuve mis ojos fijos en ella, atentos a cualquier movimiento que pudiera hacer. Las palmas de mis manos llegaban a moverse de tanto deseo acumulado de tocarla nuevamente, de sentir su piel ardiendo bajo la mía, y sentía que mis ojos podían saltar de sus órbitas, desesperados por la suya, que todavía se negaban a mirarme.

- Idiota sería un mejor adjetivo. -Replicó, con la voz levemente hostil, y debido a ese factor, me acordé del verdadero motivo por el cual estaba aquí. Nada de cariños, nada de sutileza; este era nuestro ajuste de cuentas.

Y por lo visto no era la única con este pensamiento. Ella parecía saberlo tan bien como yo, porque se giró hacia mí despacio, y cuando sus ojos se encontraron los míos, vi que ellos también parecían llamas, exactamente como los ojos que vi en mi reflejo en el espejo del baño. La única diferencia era que las llamas de sus ojos parecían débiles, a punto de apagarse con una simple brisa, y de cierta forma, tristes. Sabía que le dolía tener que optar por una sola de nosotras, pero no podía ignorar el hecho de que también me había herido al simplemente evitarme de la noche a la mañana. Y fue por eso que continué nuestra frágil y tensa conversación.

- Al menos te acuerdas de mí. - asentí una sola vez, levantando las cejas en tono de sorpresa. - Qué bueno saber que no fui olvidada tan rápidamente como fui repelida.

La mirada de Juliana se estremeció ante el mío, y la llama en sus ojos pareció desaparecer por algunos segundos.

- Si prefieres pensar que te olvidé, genial. -Murmuró, gruñendo, huyendo de mis ojos. - Haces todo el trabajo más fácil para mí.

- ¿Trabajo? - repetí, dando un paso hacia ella con la misma osadía que demostré en mi voz. - ¿Entonces es así que ves todo lo que sucedió entre nosotras?

- Valentina, ya te pedí que me dejaras en paz. - contestó tan pronto como terminé de hablar, pareciendo perturbada con mi acercamiento. - Por favor, deja de atormentarme.

- ¿Porque debería? - rebatí, dando un paso más y viéndola levantarse bruscamente, como si yo fuera algo peligroso (y de cierta forma, concluí que realmente lo era). - ¿Tuviste consideración conmigo cuando simplemente me pateaste fuera de tu vida sin previo aviso? Hm, vamos a ver... No. ¿Por qué debería tener algún tipo de consideración contigo?

- ¿Que querías que hiciera, Valentina? - Juliana exclamó, y me di cuenta de que gradualmente perdía el control sobre su mente, como siempre sucedía cuando yo estaba demasiado cerca, fuese con las palabras, fuese con el cuerpo. - ¡Tuve que elegir de una vez, no podía seguir actuando como una puta!

- No digas eso, Juliana. - gruñí, sintiendo la rabia subir cada vez más por mi garganta, quemándola por donde pasaba y haciéndome perder también la noción de mis palabras. - Putas tendrían más madurez para lidiar con esto más que tú, estoy segura de eso.

- Debes de haber estado con varias de ellas para afirmar eso, ¿o no? - respondió, ultrajada con mi ofensa. - ¡Fui muy idiota por haberme involucrado contigo y toda tu inmundicia!

MY BIOLOGY 1 Y 2 (Adaptación Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora