Capítulo 8: Onigiri

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Namjoon no sabe qué hacer ni qué decir, cuando despierta entre un par de brazos cálidos. Arropado y con el sonido de cosas chocando en la cocina. No es una típica mañana, pero podría acostumbrarse a la vista de cabello desparramado y piernas enredadas con las suyas. Jungkook duerme cómodamente sobre su pecho, y pareciese que, todo dentro de él está en calma.

A diferencia de Namjoon, que se siente al borde del colapso. Justo la cornisa de su cordura. ¿Qué pasó la noche anterior? No lo entiende. Y si bien, sus recuerdos están perfectamente claros, la secuencia de eventos aún lo tiene sin palabras.

Jungkook y sus labios, sobre él. Besándolo. Y no es como si él hubiese hecho algo para detenerlo, es más, solo siguió el vaivén de un par de labios dulces.

Intenta mover al menor, con cuidado de no despertarlo. Jungkook luce precioso, incluso si su cabello está deshecho y sobre él, quedan vestigios de los estragos de la noche anterior.

Acomoda los brazos del menor sobre algunas almohadas, esperando que no sienta su ausencia. Sus pasos son suaves, y abre la puerta con cuidado para que las bisagras no rechinen mucho a su paso.

Hoseok lo observa desde la cocina. Su mayor parece estar completamente bien y sin rasgos de resaca, o es que, es un buen actor. Ambos se observan con curiosidad y quizás, hay demasiadas preguntas con las que desea acribillarlo. Pero se queda en silencio y simplemente, le sirve un vaso con jugo de naranja.

—Tienes suerte de no tener resaca. —El de cabello cobrizo murmura—. ¿O...?

—No bebí, no tendría por qué.

—Hay otros tipos de resaca, Joonie. —El mayor pone frente a sus ojos un plato lleno de tostadas, con una pequeña sonrisa—. Por ejemplo, la moral.

—No sé de qué hablas. —El castaño finge inocencia.

—Déjame recordarte algo... —Hoseok se acerca un poco, lo suficiente para quedar cara a cara—. Besaste a Jungkook.

Namjoon levanta la mano, negando e intentando protestar. —Él me besó.

—Y tú lo seguiste. Dioses, fue como presenciar un acto de canibalismo en vivo.

—No fue tan extremo. —El castaño reclama sin levantar la voz—. Solo...un poco intenso.

—¿Un poco? —El mayor arquea una ceja—. Creí que Seokjin y Yoongi eran escandalosos, pero ustedes los superaron por mucho.

—Solo fue un besito. —Namjoon añade, mientras intenta cubrir su rostro sonrojado—. Un besito y unas mordidas aquí y allá.

—Joon... —Hoseok sisea—. ¿Puedo decirte algo? Digo, de todos modos, te lo diré. —Él menor asiente—. Del mismo modo que hablo con Taehyung y Jimin sobre tener claras las cosas, y de la misma forma en que le digo a Seokjin y Yoongi que la dependencia emocional es mala. —Una mano grande y cálida es posada sobre el hombro de Namjoon—. Puedes creer que estoy haciendo escándalo por algo mínimo, pero créeme, sé que Jungkook no te besaría si no sintiera algo...

—Lo sé.

—Mira, solo no quiero que los dos salgan lastimados de la situación, ¿entendido? Quiero cuidar sus corazones y meterlos en una cajita.

Namjoon asiente levemente. —Es complicado.

—¿Qué es complicado, Joonie?

—Jungkook. —El castaño responde—, Todo lo que lo rodea es complicado. Su trabajo, su familia...

—Déjaselo en claro, entonces. Dile lo que piensas, no dejes que se haga ideas erróneas.

—Pero...

Tastes just like home.    (ksj+myg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora