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Mala pasada.

Llego al pequeño bar y me siento en una de las altas sillas que hay en la barra, segundos después de haberme sentado llega un mesero y pido una bebida.
Media hora después, ya estaba con más de dos copas encima.

x: ¿ahogando penas?-dice alguien a mí lado derecho. Giro un poco mi rostro y veo a una chica muy bonita.

Chris: ¿te importa?-digo volviendo mi vista al vaso.

x: oye tranquilo-coloca sus manos en mis hombros logrando que me de escalofríos-. ¿No quieres relajarte un poco bombón?- susurra en mi oído y luego muerde lentamente allí, haciendo que mi amigote comience a despertar.

La miro nuevamente y me levanto dejándome llevar por lo que mis pensamientos llevados por el alcohol. La beso con fuerza y sin una pizca de delicacion mientras siento como a ella le cuesta seguirme el paso.

Chris: ¿tienes un lugar más privado a dónde ir?-digo serio.

x: claro lindo. Sígueme.

Se da la vuelta y comienza a caminar, me lleva a unas escaleras y luego de subirlas veo varias puertas cerradas. Inmediatamente supe darme cuenta para qué eran esas habitaciones.

La chica abre una de las tantas puertas y cuando ambos estamos dentro, cierra con la traba.

Me empuja dejándome sentado en la cama y comienza a hacer un baile derrochando sensualidad mientras a su vez se quita la ropa. Cierro los ojos por un momento y cuando los vuelvo a abrir, ya no era la misma chica desconocida, era Lourdes.

Mi mente me jugó una mala pasada y al parecer eso le gustó a mi amigo ya que comenzó a disfrutar el doble, me atrevo a decir triple, de lo que estaba disfrutando al principio.

Me pongo de pie y la tiro a la cama como ella había echo anteriormente conmigo. Sin siquiera molestarme en quitarme la camisa ni el pantalón, bajo la cremallera y libero a mi amigo de su encierro.
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