𝘾𝙄𝘾𝘼𝙏𝙍𝙄𝘾𝙀𝙎

Soy feliz con él.

Lourdes.

Cuando Roma llega con mi helado le agradezco y me dirijo a la sala feliz para comerlo como una niña pequeña.
Luego de unos minutos siento a Chris a mi lado pero ninguno de los dos habla hasta que me percato de su mirada.

Luego de reírnos, no pude evitar preguntarle si aún no me perdonaba. Y es que fue inevitable. Necesito saber cómo se siente él también con todo lo que pasó.
Necesito hacerle entender que él no es culpable de nada, porque sus ojos me aseguran que así es como se siente.
Cuando dice que me ha perdonado y cuando logro descifrar por qué no ha avanzado conmigo, siento mi corazón hacerce chiquito.

Ese sentimiento desaparece cuando luego de un largo rato en silencio; yo disfrutando de mi helado y él supongo que metido en sus pensamientos, de sus labios sale un "quiero que lo intentemos".

¡¿What?! ¿Acabo de escuchar bien?

¡Dijo que quiere intentarlo, Dios! ¡¡Quiere que nuestro hijx tenga a sus padres juntos!!

Siento mi corazón latir a todo lo que da por toda la felicidad que me invadió al escuchar sus palabras.
Sin pensarlo, me lanzo a sus brazos y lo beso como si no lo hubiera besado en años.

Lo abrazo y disfruto cada momento de ese largo abrazo.
Abrazo que luego de unos minutos se ve interrumpido por un grito lleno de emoción.

Trini: ¡Oh por dios! Díganme que no estoy soñando por favor- chilla emocionada y corre hacia nosotros con una gigante sonrisa en su rostro.

Nosotros reímos y luego de mirarnos, la miramos a ella.

Lourdes: no estás soñando, finalmente este cabezón dejó de hacerse rogar- suelto causando que Chris me mire fingiendo indignación. Reímos y él me atrae a sus brazos nuevamente.

Soy feliz envuelta en sus brazos y tirada en su cuerpo.

Soy feliz sintiendo su calor, su amor cada vez que me mira y su ternura cada vez que me habla.

Soy feliz con él, y pronto, seremos felices con nuestro bebé.