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Perdóname mi niña.

Edgar: Lourdes- siento que dice mi nombre en un tono débil y da pasos lentos, mi mama apenas lo ve se levanta del sofá y se acerca rápidamente hasta donde está mi padre.

Al clavarse mi mirada sobre el siento mi corazón encogerse al verlo tan débil, vulnerable y cansado. Se nota desde lejos lo mal que se encuentra y eso me pone muy triste, nunca imagine ver a mi padre; uno de los abogados más exitosos de nuestra ciudad, en ese horrible estado. 

Me levanto del sofá y me acerco tímidamente hasta ellos, cuando siento que no voy a poder contener las lágrimas de mis ojos me acerco a él y lo abrazo con cuidado.

Edgar: perdoname mi niña- susurra en mi oído mientras intenta acercarme  más a él pero mi barriga se lo impide-. Perdoname por todo el mal que te hice...no sabes cuanto me arrepiento de no haber remendado mi error mucho tiempo antes, ni siquiera tendría que haber ocurrido todo eso...lo siento tanto.

Lourdes: ya...-acaricio su espalda y luego de uns segundos nos separamos.

Edgar: mira esa panzota...-sonrie y luego nota la presencia de Chris-. Mucho gusto, Edgar- le tiende la mano y Chris la acepta amable.

Chris: Christopher, el novio de su hija y padre de su nieta- sonrie.

Edgar: ¿es una niña?- me mira y noto cierto brillo de ilusión en sus ojos. Asiento con la cabeza-. Serás una madre increíble cariño...-sonrio-

Catalina: ¿De cuanto estas?

Lourdes: siete meses...

Catalina: falta muy poco- mira mi panza con una sonrisa en sus labios.

Edgar: solo espero poder llegar a conocerla...- dice y eso me golpea haciéndome volver a la realidad. Mi padre se está muriendo y según los doctores, no le queda mucho tiempo de vida...me hubiera encantado que nuestra "reconciliación" no fuera solo por esto, pero no era yo la que tenía que dar el primer paso. No fui yo quien los echo asi sin mas.

Pero también, lo que me hubiera gustado y que no sabía que deseaba con toda mi alma es que mi padre no esté enfermo y pueda conocer a su nieta cuando nazca.