Capítulo 15

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Un comienzo Diferente, Conociendo lo Conocido.

Ya habían pasado cinco años desde que el Rey Baraggan había sido derrocado y cumplía su condena en la cárcel fuera del Seireitei, pero no fue el único, pues todos los presos de máximas condenas o con crímenes de alto índice delictivo fueron trasladado ahí, lo que antes fungía como el monasterio del Alma Rey por iniciativa del consejo instituido para gobernar la ciudad, así mismo los Monjes que antes vivian ahí se habían trasladado a vivir en el Seireitei en una villa que fue construida para ellos especialmente en los terrenos de la familia Fong, el lugar era amplio y su construcción era un poco más elegante y moderno de lo que era su antiguo monasterio, a su lado también se había construido un pequeño hospital en el cual fungían como directores Tenjirō Kirinji y Unohana Retsu.

La vida había cambiado para todos los habitantes del lugar y mas para aquellos que habían huido del lugar, Los Kuchiki volvieron a sus tierra y como antes lo habían sido hace años, recuperaron el esplendor de su linaje y la nobleza que los caracterizaba, Byakuya había crecido para la edad 19 años su figura era alta y delgada, aunque su fortaleza física era muy buena por mucho que pareciera un chico delicado, su cabello negro azabache era liso y lo cargaba hasta los hombros, ya no era el muchacho imprudente, cascarrabias, arrebatado y hablador. La educación de los monjes, la educación de su abuelo habían hecho del joven Kuchiki un hombre prudente, serio, orgulloso de su linaje y apellido, seguidor de las reglas, amante de la política y buenos modales, muchas chicas de la ciudad vivían suspirando por el noble, mientras Ginrei Kuchiki aun fungía como miembro del Consejo que gobernaba el Seireitei, el había sido uno de los miembros más responsables de que la ciudad volviera a la estabilidad después del derrocamiento de Baraggan.

La familia Shihōin tamben había vuelto a su esplendor, como se decía años una de las cuatro familias nobles y poderosas donde no solo sus ojos brillan como el oro, Shiro Shihōin había retomado hacer de su casa lo que antes era y mucho mas, hasta hoy lo estaba logrando con mucho trabajo, en los primeros tres años que habían pasado el no había querido formar parte de nada político, fue hace casi dos años que comenzó a estudiar y empaparse de todo lo referente a políticas, leyes y otros más. Yamamoto Genryūsai le había pedido ser parte del consejo y este había aceptado muy a pesar de que su hija Yoruichi no lo deseaba, hasta ella estaba contenta con trabajar junto a su padre en la empresa familiar, Minako por su parte comenzó a trabajar con Sasakibe en el registro del Seireitei, todo lo que era historia, linajes de familia, nacimientos, defunciones ella estaba sabedora y empapada de eso, por su parte Yoruichi Shihōin a sus 22 años aun seguía soltera, para sorpresa y molestia de muchos la joven morena no parecía interesarle en lo más mínimo los chicos que morían por salir con ella o llamar su atención, es mas ni la féminas parecían ser de su agrado o es lo que parecía pues desde su llegada hasta ahora no se le conocía pareja o algún interés romántico en nadie, algo que le parecía muy bien a Shiro pues lo que menos quería es que su hija cayera en manos de cualquier tonto sin oficio pues él deseaba lo mejor para su hija, que parecía desbordar elegancia en su vestir, inteligente y astuta en los negocios, un cuerpo envidiable ya que aunque era muy atlética, su cuerpo tenia las curvas necesarias en los lugares perfectos, como se rumoraba por ahí toda una diosa en la tierra.

Los días habían pasado para los que una vez jugaban con espadas, luchaban por ser mejores y corrían por diversión, aquellos que jugaban y se molestaban entre ellos, los que vivieron momentos de angustia al ser perseguidos y sabían lo que era matar o morir, habían dejado mucho de eso atrás y ahora eran personas con alto sentido de la responsabilidad, llenos de futuro y vida, este era el momento de construir una nueva vida y a su vez buscar con quien compartirla o vivirla, mientras que los mas adultos rogaban porque pudiesen encontrar el amor, la felicidad y lo que una vez ellos habían tenido y que atesoraban en sus corazones, era un nuevo comienzo para una nueva generación.

Historia de Una GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora