Capítulo 8

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Cuidados Especiales, Alivio al Alma

El trote era rápido y constante, ya habían dejado los linderos de la montaña y ahora estaba casi llegando al campamento, como siempre la morena iba a la cabeza seguida muy de cerca por los monjes y Soi que parecía quedarse un poco a la retaguardia, el camino de ascenso a la montaña había sido rápido y sin mayores sobresaltos e incomodidad, pero extrañamente para la joven Fong desde que había salido de la cueva junto a la morena sentía un poco de cansancio o debilidad, mientras cabalgaba algunas veces sentía miraba doble o el pequeño dolor de cabeza que estaba recibiendo por todo el camino y la dificultad que tenía por breves momentos al respirar, quizá era la altura o quien sabe, quizá estaba por enfermar pues podía sentir que su temperatura estaba por encima de lo normal, pero solo debían llegar al lugar donde vivía la morena y le pediría a Tenjirō que le diera algo para su malestar.

Yoruichi sonrió pues estaban cerca tanto así que se topó rápidamente con uno de los que hacían guardia a la entrada del campamento, pero solo les vio pasar, de pronto vio que estaba cerca de su casa y aminoro el paso del corcel, lo mismo hicieron los que le acompañaban, al detener el trote del caballo vio que su padre y Ginrei venían al encuentro, pero sus ojos se ampliaron cuando vieron que la morena no venía sola y que Byakuya no venía con ella. Todos desmontaron rápidamente y al momento que tocaron el suelo Shiro rápidamente se fue sobre la morena para darle un abrazo, al instante de hacerlo la joven Fong cayó al suelo en un desmayo, Shutara y Tenjirō rápidamente fueron a su lado y la morena dejo a su padre para ir con ellos.

—Tiene fiebre — señalo rápidamente Tenjirō — le abrió los parpados para examinarla.

—Vamos — llamo la morena — llévenla a mi habitación.

Shiro quedo un poco confundido ante tal acciones, como era que Yoruichi parecía tomar el control de la situación y que era lo que hacían ahí Tenjirō, Shutara y ese joven, además donde diablos estaba Byakuya. Mientras los monjes y la morena iban hacia la casa, Shiro decidió ir tras ellos pero Ginrei le detuvo negando con la cabeza- — ahora no es momento de hacer un interrogatorio, deja que cuiden del herido.

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Minako vio cómo su hija entraba impetuosamente a la casa y se dirigía a su habitación seguida por Tenjirō que cargaba a alguien que parecía estar inconsciente, luego vio que otra figura venia tras ellos, así que les siguió rápidamente. Cuando llego a la habitación de la morena vio que Tenjirō colocaba al herido en la cama de la morena, mientras Shutara iba al baño y venía con un pedazo de tela mojado y lo ponía en la frente.

— ¿Que le paso?— Pregunto Shutara a la morena — estaba bien cuando veníamos, ¿acaso comieron algo o le pico algo?

— No — respondió la morena un poco asustada — lo único que le paso fue la pequeña herida, pero yo se la limpie con un poco de agua para que no se le infectara.

— ¿Herida?— Pregunto Tenjirō y vio que el traje tenía un corte en el costado derecho— ¿con que fue?— Le pregunto a la morena mientras examinaba la pequeña herida.

—Con la espada, un soldado nos ataco — señalo suavemente.

—Por kami, esa espada tenía veneno en el filo — indico algo molesto — Shutara ve por un poco de vinagre y saca un vaso de jugo de limón — ordeno rápidamente.

Shutara se quedó sin saber qué hacer ante la noticia de que posiblemente fuera algo grave, pero la morena reacciono rápidamente — venga Shutara-san, le ayudare con eso — señalo la morena y salió seguida por la monje.

Historia de Una GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora