Capítulo 32

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Desenlaces Inesperados, La Vida Continua.

Shiro Shihōin siempre vivió con cierta culpa desde aquellos tres días en que el Seireitei se tiño de sangre por órdenes de Barragan Louisenbairn y en manos de su ejecutor Nnoitra Gilga, ciertamente él había escapado con su amada esposa y su pequeña hija hacia las montañas pero atrás había dejado a muchos amigos. Especialmente a uno con el cual había crecido y formado un lazo semejante al de hermanos, siendo tan diferentes el uno del otro había aprendido a convivir y compartir sus tristezas, esperanzas, alegrías, sobretodo su convicción por lo justo y correcto. Para Shiro, atrás había quedado aquel acuerdo antiguo de servidumbre entre sus dos familias desde mucho antes que su padre muriese, pero Ryu nunca lo dio por hecho ya que él había sido el último de su familia en haber hecho la declaración de servidumbre y cuando llego el momento de cumplir ese juramento que todos los Fong hacían desde pequeños de proteger y dar sus vidas por los miembros de la familia noble Shihōin no lo dudo por un instante.

Por mucho que Minako y Shiro les rogaron ir con ellos, Ryu se quedó con su familia entera a esperar que todos los amigos huyeran a tiempo y estuviesen a salvo de la persecución que se desato, pensaron que por ser una humilde familia de baja nobleza no se verían como una amenaza pero ciertamente nadie espero que fuese la familia Fong con quien Nnoitra y Barragan se ensañaran hasta intentar terminar con toda la estirpe de esa familia para colocarlos de un ejemplo de lo que les podía suceder a los traidores a la patria y al rey mismo. Cuando supo la noticia en lo alto de la montaña luego de pasados esos tres días de mortandad se lamentó por dejarlos atrás, se sintió un cobarde, un traidor sin honor y juro vengarse, así lo hizo con el tiempo. Pero desde el momento en que la noticia de que hubo un sobreviviente de la familia Fong, que por cosas del destino se trataba de la única hija de su amigo y casi hermano era quien había sobrevivido, se juró hacer que la sangre Fong no se perdiera por ningún motivo.

Al caer en cuenta que sus planes de ampliar la línea de descendencia de los Fong no iba a ser posible dado que Soi había hecho una declaración de amor a su hija, había sido un momento muy duro para Shiro, en el instante mismo que Soi afirmaba no querer casarse con ningún hombre y que solo tenía ojos, corazón y vida para su hija se sintió traicionado, molesto en gran manera al entender que con eso la estirpe de los Fong no seguiría una línea de sucesión, en su mente pensaba que eso no debía permitirlo y haría todo lo posible para evitarlo. Justo ahora ahí frente a los presentes, amigos, conocidos e íntimos las palabras que el joven Byakuya Kuchiki soltó, hicieron eco en su mente y justamente resonaban como si fuesen un grito, porque ya antes la misma Soi casi había dicho esas mismas palabras. Aun así seguía pensando que sus acciones al final eran por un propósito mayor.

Les miro con calma — ustedes no saben nada — acuso — solo ven un drama romántico cuando lo que está en juego es algo más importante.

— Un drama romántico — repitió Ginrei — no te das cuenta de que esto es mucho más grande que un drama como tú lo dices — señalo con calma — ¿se te ha olvidado quien eres y qué cargo ostentas? — Cuestiono.

Hubo un momento de silencio y Shiro pareció meditar las palabras de Ginrei y cuando estaba por decir algo la voz de Kyōraku lo interrumpió — según reglamento del consejo y para el bien del Seireitei se estableció que los miembros no deben de tomar ventaja de su posición o cargos para beneficio propio.

Shiro les miro asombrado — no he hecho tal cosa — se defendió.

— Todo desacuerdo entre miembros del consejo debe de ser conversado y solucionado por medio del dialogo, si no se resuelve por esa vía deberá pedir a los miembros restantes ayuda para solucionar disputas, diferencias de opinión o rencillas — recito Tenjirō con calma.

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