Capítulo 26

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Verdades a la Luz – Pequeñas Complicaciones, Grandes Problemas I

La mañana siguiente la morena despertó muy temprano, siendo muy sigilosa fue a tomar su baño y al salir la pelinegra estaba despertando — buenos días — dijo la Reiko frotándose los ojos.

— Buenos días — saludo la morena.

—No creí que fuese tan madrugadora— señalo la pelinegra poniéndose de pie y empezando a despertar por completo.

—No lo soy — acepto Yoruichi — pero hay cosas que son más importantes por ahora que el disfrute personal, como que mi papá descanse, cuidar de mi madre y hermano — miro que Reiko arreglaba el futon — no te importaría ducharte en tu casa — pidió — no quiero perder mucho tiempo — explico a la pelinegra que asintió — la muchacha del servicio vino hace un momento y prepara el desayuno, acompáñame y luego nos vamos al hospital.

—Está bien—indico la pelinegra mientras dejaba el futon ordenado y salía de la habitación.

La morena se dispuso a cambiarse, había sido una noche larga y aunque al principio había dormido rápido en la madrugada despertó y recordó que la pelinegra estaba ahí, le observo por un momento y no pudo evitar pensar como esa chica que parecía buena persona y dormia aplaciblemente estaba siendo un problema para ella y Soi Fong.

La pelinegra bajo al comedor, como había dicho la morena el desayuno estaba listo y siendo servido, unos minutos más tarde la morena bajaba totalmente cambiada Reiko no pudo evitar admirarla puesto aun con ropas sencillas Yoruichi podía llamar la atención y atraer las miradas de cualquiera.

— ¿Que pasa?— Pregunto la morena al ver la extraña actitud de Reiko.

— Nada — respondió esta — solo envidio el hecho que no necesites mucho para llamar la atención.

—Créeme es más un problema que algo bueno — confeso la morena tomando asiento frente a la pelinegra— no puedo tener amigos sin que quieran ser mis parejas, las chicas me envidian por ser como soy — explico la morena — tú misma lo has dicho y eso ha sido así desde siempre.

Reiko suspiro — aun así puedes conquistar a quién quisieras.

Yoruichi guardo silencio, sabía por dónde iba la plática pero ella se había dicho que no interferiría para bien o para mal — no te creas eso porque no es así, hace unos años hubo alguien que me rechazo en reiteradas ocasiones — la pelinegra iba a preguntar pero la morena rápidamente termino su relato — muchas circunstancias nos separaban como la edad, el carácter — suspiro — hoy eso ya no tiene importancia en absoluto, uno aprende con el tiempo que ciertas cosas no deben forzarse.

—Vaya me sorprendes — señalo con incredulidad la pelinegra — no creí que tu...

—Reiko, no me gusta que las personas sepan de mi vida privada e íntima, como te dije eso ya es parte del pasado — aclaro la morena — pero si lo comparto contigo es porque es un claro ejemplo de que todos hemos sido rechazados de una u otra manera, hay veces que solo queda aceptar que si algo es para ti llegara y si no pues ni modo.

—Se oye tan fácil — expreso la pelinegra con un gran suspiro — que te hayas enamorado de alguien mayor es sorprendente — comento y la morena sonrío ampliamente sin aclarar nada de lo que la otra habia asumido — pero no todas las situaciones son iguales y eso es notable, a diferencia de ti mi problema no es la edad, tengo esperanzas aun, pero si no...— su mirada se tornó fría — dejemos la charla o se hará más tarde — indico de repente y la morena empezó su comida pensativa en todo lo que Reiko proyectaba de un tiempo acá.

No hubo más charla, las dos salieron de la casa Shihōin hacia el hospital, Yoruichi siempre tuvo una simpatía para la joven Minagui desde chica, no eran amigas pero apreciaba que al menos no fuese como las demás jóvenes y niñas que rumoreaban a sus espaldas, pero ahora podía decirse que no la quería tener cerca de ella y menos de Soi Fong, de la niña precoz y alegre que era no había mucho rastro, ahora parecía un poco amargada y dolida, cuando llegaron habían buenas noticias Minako saldría de alta en el transcurso de la tarde.

Historia de Una GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora