Historia de Una Guerra

Capítulo 21

Cambios Inesperados, Detalles y Caprichos

La mañana siguiente Soi salió más temprano que de costumbre pues deseaba hablar con Hisana para ese mismo día terminar con todo lo que sucedía alrededor de Reiko y ella, después de lo que ayer no podía posponerlo ya que al parecer la pelinegra estaba tomando actitudes un poco problemáticas y eso sería un gran inconveniente en su camino para reconquistar a Yoruichi, a su vez aprovecho para comenzar su conquista pasando por el taller y dejando una pequeña sorpresa para la morena.

Llegando a la casa de los Kuchiki pregunto si Hisana había llegado pues era de las primeras en llegar para recibir las órdenes de Ginrei con respecto de lo que se haría en la finca en ese día y ahí la encontró saliendo del despacho del anciano Kuchiki, iba hacia el comedor pues bien sabía que era una costumbre que desayunaran todos juntos.

—Hisana — llamo la peli azul y joven sonrió amablemente y se acerco a ella — quisiera hablar contigo unos momentos.

—Por supuesto — acepto Hisana con una gran sonrisa que se esfumo al ver el rostro nervios de Soi — ¿tienes algún problema?

La peli azul suspiro — el mismo — señalo un poco abatida — aun no he resuelto lo de Reiko.

Hisana suspiro y puso una sonrisa medio triste — ya debiste haberlo hecho Soi, Byakuya me conto lo que sucedió ayer y si las dejas pasar por más tiempo se hará un gran problema.

—Lo sé — acepto poniendo los ojos— lo de ayer fue muy preocupante y no quiero que ella haga algo tonto y salga lastimada.

Hisana se puso muy seria — sabes Soi, creo que es más preocupante lo que ella puede hacer si se entera que tu amas a Yoruichi.

—No se atrevería a hacer algo tonto — apunto, guardo silencio y su ceño apareció — ¿como le digo?, como hago para que entienda que jamás le he visto como mujer y no creo poder verla de manera diferente.

Hisana guardo silencio un momento y pensó que responder — creo que el ser cuidadosa es un factor, pero debes ser clara con tus sentimientos hacia ella — Soi asentía en cada cosa y lo grababa en su memoria para no fallar — pero sobretodo no debes decirle que hay alguien más.

Soi frunció el ceño — ¿Por qué no?

—Por sus actitudes Soi — vio que la peli azul no entendía — parece que está llegando a su límite, que haya sido mal educada con un miembro del consejo y que el día de ayer estuvo a punto de discusión con un compañero que le lleva mucha ventaja en tamaño y fuerza, hace notar que ha guardado ese sentimiento por mucho tiempo, ahora quizá solo espera el ser correspondida y es obvio que eso no sucederá.

Byakuya apareció en el pasillo — venga a desayunar — ordeno un poco serio — tengo hambre.

Hisana sonrió y Soi puso los ojos, al parecer el joven Kuchiki las esperaba y al ver que tardaban salió por ellas; al momento le siguieron Soi llevaba su rostro muy serio y estaba llena de una determinación y Byakuya al verlas tomar asiento supo que no debía decir alguna tontería para molestar a Soi, posiblemente hoy sería el día en que por fin la peli azul aclararía las cosas con la niña impertinente y eso ya era una tarea difícil para Soi por lo que pensó que sus burlas no serian de buena ayuda, después del desayuno Soi y él fueron directamente al monasterio pues debían hablar con Yamamoto.

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Por otro lado Yoruichi estaba casi llegando a la herrería, sonrió al ver que esta se encontraba abierta pues al parecer Reito había llegado más temprano que de costumbre, o simplemente ella había dormido más de la cuenta luego de todo el embrollo en su cabeza y los sueños tontos sobre Reiko y Soi Fong, el que la pelinegra estuviese enamorada de Soi Fong le había caído como sorpresa a la morena, nunca lo hubiese imaginado porque conocía a Soi Fong y era más arisca que un gato, aun para ella había sido difícil el entablar una buena relación al conocerla y si luego hubo algo más que una amistad al parecer eso termino de arruinar su buena relación, Soi era solitaria y muy evasiva a las personas, pero debía de aceptar que el saber que era amiga de Reiko también había sido una sorpresa aunque conociendo a la pelinegra no era de extrañar, ella desde pequeña era amigable y tenía esa terquedad, sin contar la constante manera de pegársele a las personas tanto que al final uno terminaba por tomarle cariño, pues eso había sucedido con ella en el campamento en lo alto de la montaña.